La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) ha emitido hace unos días un nuevo comunicado en el que afirma que hay demasiadas incógnitas sobre los productos de CBD para regularlos como alimentos o suplementos bajo la estructura actual de la agencia, y pidió al Congreso que cree "una nueva vía regulatoria" para los alimentos y suplementos que contienen CBD, un mercado en claro crecimiento en el país norteamericano. En concreto, la portavoz responsable de este comunicado, la Dra. Janet Woodcock, afirma que "no hay suficiente evidencia sobre el CBD para confirmar que sea seguro para su uso en alimentos o como suplemento dietético. Por ejemplo, no hemos encontrado evidencia adecuada para determinar cuánto CBD se puede consumir y durante cuánto tiempo antes de causar daño".
Woodcock agregó que "los estudios han demostrado el potencial de daño al hígado y el posible daño al sistema reproductivo masculino", expresando también su preocupación cuando su consumo alcanza a ciertas poblaciones vulnerables, como los niños y las embarazadas. "Una nueva vía regulatoria beneficiaría a los consumidores al brindar seguridad y supervisión para minimizar los riesgos relacionados con los productos de CBD, incluyendo etiquetas claras, límites en el contenido de CBD o la limitación en la edad de compra, para mitirgar el riesgo de ingestión por parte de los niños".
En paralelo, la FDA también ha rechazado tres peticiones de grupos de consumidores que habían solicitado a la agencia que permitiera que los productos que contienen el ingrediente de cáñamo se comercialicen como suplementos dietéticos. Steve Mister, director del Council for Responsible Nutrition, uno de los peticionarios, expresó su rechazo a la negación y ha afirmado que la FDA está "evitando el problema, mientras ignora la realidad del mercado", al referirse a la nueva petición al Congreso.
Patada adelante, por tanto, de la FDA en la regulación del CBD, que continuará afectado por la falta de claridad regulatoria, lo que inevitablemente va a seguir condicionando la entrada en este espacio de un amplio espectro de fabricantes y retailers, a la espera de una resolución a este debate que aporte la necesaria seguridad jurídica para el desarrollo de la categoría. Se da la paradoja de que incluso los estados que han legalizado el cannabis no saben como actuar con el CBD. Por otro lado, es una evidencia que el mercado del CBD continúa funcionando y en crecimiento en los EE.UU., avalado en cierta manera por la discrecionalidad que viene ejerciendo la FDA, que hasta la fecha limita su actuación al envío de cartas de advertencia a las empresas que venden alimentos y bebidas que contienen CBD cuando lo considera pertinente.
Según indican distintos medios especializados en el mercado del CBD, la ofertas ha alcanzado ya un nivel de madurez que impediría a la FDA a tomar medidas para el cumplimiento de la prohibición de la venta de alimentos y bebidas con este ingrediente, si bien esta situación podría cambiar una vez que se diseñe una vía regulatoria. Sin embargo, indican, este proceso podría llevar años, por lo que es probable que el mercado se siga desarrollando como hasta ahora en un contexto regulatorio de grises.
La actualidad entorno al contexto regulatorio del CBD se completa estos días con la entrada en vigor de la prohibición para importar, producir o comercializar productos que contengan CBD en la ciudad de Hong Kong, vigente desde este 1 de febrero. De esta forma, el CBD se considera ya una droga peligrosa en la capital asiática, y "el transporte para la venta, incluidas la importación y exportación, así como la producción, posesión y consumo de CBD, será ilegal", según han afirmado fuentes gubernamentales. "A partir de febrero, la prohibición obligará a las empresas a retirar de la venta los productos con infusión de CBD, incluidas las gominolas, las bebidas y los aceites, o se enfrentarán al cierre. En la misma línea, las sanciones por importar, exportar o producir CBD podría conllevar incluso una pena de cadena perpetua e importantes multas económicas, mientras que la posesión estaría penada con una sentencia máxima de siete años de prisión e igualmente una importante multa económica.
Si giramos la mirada a Europa, vemos que según los últimos datos aportados por La Comisión Técnica de Nutrición, Nuevos Alimentos y Alérgenos Alimentarios (NDA) de la EFSA, este organismo ha recibido 19 solicitudes para el uso de CBD como nuevo alimento y algunas más están pendientes de tramitación. Las últimas novedades en este terreno pasan por el comunicado emitido por la EFSA en junio de 2022, donde afirmaba que "hemos identificado varios peligros relacionados con la ingesta de CDB y hemos determinado que es necesario subsanar la importante falta de datos sobre sus efectos en la salud antes de proceder a las evaluaciones. Es importante subrayar en este momento que no hemos llegado a la conclusión de que el CDB sea un alimento no seguro".
La EFSA dejaba así en el aire su veredicto a falta de recibir más estudios y datos sobre los efectos del CBD en el hígado, el tracto gastrointestinal, el sistema endocrino, el sistema nervioso y el bienestar psicológico de las personas. En esta línea, se afirmaba que los estudios con animales muestran reacciones adversas significativas, concretamente, relacionadas con la reproducción, por lo que considera importante "determinar si estos efectos también se observan en los seres humanos". Ana Alfonso, Jefa de la Unidad de Nutrición e Innovación Alimentaria de la EFSA, declaraba entonces que "interrumpir la evaluación de un nuevo alimento es algo habitual cuando falta información. Los solicitantes son responsables de subsanar la falta de datos. Estamos colaborando con ellos para aclarar la forma de proporcionar más información que aclare las incertidumbres".
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