El sector de frutos secos es y seguirá siendo uno de los mercados con mayor proyección en nuestro país. La concienciación que existe entre los consumidores en cuanto a la importancia de cuidar su alimentación otorgan a los frutos secos un papel protagonista en nuestra dieta. Su aporte nutricional y sus propiedades saludables reconocidas han impulsado la demanda notablemente estos últimos años. Ante ello, los lineales de la distribución organizada han venido ampliando su espacio con todo tipo de referencias y variedades, impulsando gamas como las naturales, crudos o tostadas.
No obstante, según recogía Alimarket en el Informe Anual del pasado mes de noviembre, que analizaba la situación de este mercado, el contexto económico actual, con una inflación elevada que ha afectado a todas las categorías en gran consumo, tampoco es una excepción para este mercado, que también ha elevado sus precios de media más de 4 puntos porcentuales en un año, según datos aportados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), conteniendo, en cierta medida, las ventas al consumidor. Aún así, las previsiones para el año que termina y el que empieza son optimistas. Se prevé que se recuperen niveles de consumo y crecimiento interanual similares a antes de la pandemia, cuando la tasa de crecimiento anual en frutos secos era de entre un 4 y un 5% interanual.
Ante este escenario, la gran beneficiada está siendo la marca del distribuidor que reforzará su ya elevada cuota de mercado. En el ranking del citado informe, Importaco -proveedora de Mercadona- se reafirma como líder y otras especialistas en MDD consolidan su posicionamiento en el sector, tal es el caso de Frumesa o Frutos Secos Medina (de Eguía Group).
Al mismo tiempo, el auge de los frutos secos ha llevado a algunas especialistas a escalar su capacidad productiva, como es el caso de Grefusa que, en 2023, sumaba una nueva fábrica destinada exclusivamente a estos productos.
Entre tanto, aunque gran parte de los frutos secos que consumimos en nuestro país proceden de otros países, España también destaca por su posición como país productor comunitario. Esta condición se está viendo potenciada estos últimos años con la incorporación de nuevas hectáreas de almendro y nogal (en regadío) y pistacho (en secano y regadío). Precisamente, la apuesta por este último fruto seco es firme.
A día de hoy, hay más de 70.000 ha plantadas de pistachos en nuestro país, principalmente, en la zona de Castilla-La Mancha. Por el momento, apenas un 10% está en producción. Estas cifras ponen de relieve que en menos de una década, España está llamada a ser una de las principales potencias mundiales productoras de este fruto seco, solo superada por Estados Unidos, Irán y Turquía. Nuestro país cuenta, además, con ventaja por su situación geográfica y su favorable infraestructura para el transporte de mercancías europeo. En la actualidad, Europa consume 150.000 t y España unas 12.000 t.
Dado su potencial, el cultivo de este fruto seco, está atrayendo ha atraído no solo a agricultores particulares sino también a grandes inversores. El campo español está viviendo una gran transformación en cuanto a cultivos tradicionales se refiere, el sector se está profesionalizando. En definitiva, el auge y la capacidad de crecimiento del pistacho se presenta muy interesante.