El Presidente de Aecoc, Ignacio González, ha abierto el Congreso de la Asociación que se celebra hoy y mañana en Madrid. Y lo ha hecho con una llamada a la unidad de acción del sector que le permita hacer oír su voz o, como dice el lema del congreso, “Escuchar y ser escuchado”.
“Es muy difícil ser escuchado como sector si el sector no se siente sector”. Una suerte de trabalenguas para recordar que el enemigo del retailer no es el fabricante, ni el de éste, el agricultor.Y que el objetivo común de todos es mejorar la eficiencia de la cadena en su conjunto.
González ha hecho hincapié en la necesidad de trabajar para favorecer una legislación competitiva. “Tenemos un entorno legislativo insorportable”, con 683 normas que se generaron en España en 2023, el 72% originadas en Europa. “El informe Draghi propone una pausa regulatoria”, que permita cerrar el gap con EEUU. Pero, además, España tiene el problema añadido de querer ir más lejos y más rápido que en Europa.
El presidente de Aecoc ha insistido también en la necesidad de “hacer sostenible la sostenibilidad”, para hacerla compatible con el desarrollo económico y con la inversión. “Tenemos los mismos objetivos que la administración en sostenibilidad, pero sin que sea un palo en la rueda de la competitividad”.
Ignacio González ha subrayado también en la necesidad de impulsar un mercado laboral, mejorando la marca como empleador del sector de gran consumo que le permita captar talento. Ha abogado también porque los cambios en el mercado de trabajo tengan una visión integral, no se centren sólo en la duración de la jornada. Y por el aprovechamiento de la tecnología como vector de crecimiento, para lo que hacen falta personas (unas 600.000 especialistas en tecnologías de la información) y un incremento de la inversión en tecnología.
Esta mirada al futuro y sus desafíos se produce en un momento de moderado optimismo, con el PIB creciendo a un ritmo del 3.1% interanual, casi tres veces por encima de la zona euro. Se trata en todo caso, según González de un crecimiento desequilibrado, con un peso excesivo del gasto público; una importante aportación del sector exterior, donde destaca el papel del agroalimentario español, con un crecimiento del 7% hasta julio y un saldo positivo de 12.000 M que es el doble del conseguido por el sector del automóvil.
Y con la sensación de que la crisis inflacionista ha pasado. El dato de inflación de septiembre es el más bajo de los tres últimos años y “va a caer por debajo del índice general” ha vaticinado González, quien asegura que a corto plazo el ipc de los alimentos será muy próximo a cero si no negativo.
Otras buenas noticias son el buen comportamiento del mercado laboral, con 350.000 afiliados más a la Seguridad Social y una evolución positiva del paro pese a que el 11,3% sigue siendo el peor dato de Europa. El crecimiento de la población (1,7 M de habitantes más en los últimos cinco años, en un 71% de población extranjera). El comportamiento del turismo, que aporta el 12,8% del PIB y casi el 70% de su crecimiento. O la mejora en la situación financiera de las familias, que ven cómo aumenta su tasa de ahorro y renta bruta disponible.
Por el contrario,la inversión crece un modesto 1,9%, y es especialmente débil la formación bruta de capital fijo (“¿Dónde están los fondos NextGen” se ha preguntado Ignacio González),
mientras que el consumo crece a una tasa modesta y sobre todo en servicios y bienes duraderos.
Tampoco mejora la productividad, en el mismo nivel que tenía España en 1995, pese a que las recetas para mejorarla son evidentes: mejorar la formación, para conseguir un mejor encaje con la demanda de trabajo; invertir en innovación y digitalización; y luchar contra el absentismo, que González ha cifrado en el el 7,2% de la población activa, cuando hace diez años era la mitad.
“Somos razonablemente optimistas, aunque hay cosas en el horizonte que solucionar”, ha insistido González en su vuelta a la presidencia de Aecoc.