Mintel, empresa experta en la investigación de mercados, ha anunciado cuatro tendencias que se iniciarán en 2025, pero que la industria mundial de la alimentación y las bebidas irá incorporando en los próximos años. Estas son los cuatro puntos destacados:
-Fundamentalmente nutritivos: La aparición de medicamentos para adelgazar como Ozempic redefinirá la percepción de los consumidores de los «alimentos como medicina», que pasarán de ser un ingrediente funcional añadido a ser necesarios para satisfacer las necesidades diarias de nutrientes esenciales. A partir de 2025, las marcas deberán simplificar sus declaraciones de propiedades saludables a los nutrientes esenciales que contienen. Destacar el contenido en proteínas, fibra, vitaminas y minerales servirá para atraer a las personas que utilizan medicamentos para perder peso, así como a la mayoría de los consumidores que definen sus dietas en función de sus necesidades. Se espera un aumento de las innovaciones en productos ricos en nutrientes para mejorar la salud a corto y largo plazo.
-Rebelión de las reglas: Al mismo tiempo habrá que aceptar a los consumidores como seres "perfectamente imperfectos" ávidos de marcas que les ayuden a "romper las reglas" en la comida y la bebida. Las marcas pueden inclinarse por cómo los consumidores realmente quieren consumir en lugar de cómo sienten que "deberían". Al apoyar estas tendencias rebeldes, las marcas pueden ayudar a los consumidores a sentirse más representados por opciones fuera de lo normal. Por ejemplo, los mensajes en los envases y en el marketing que actualmente mencionan directamente el papel de los alimentos y las bebidas en el manejo de la salud mental, que son menos visibles en la actualidad, serán más comunes. Mientras tanto, existe un mayor potencial para la innovación "que rompa las reglas" por parte de las marcas de alimentos y bebidas que sienten la presión de ser sostenibles, a pesar de saber que los consumidores no necesariamente pagarán más por las credenciales ecológicas.
-Reacción en cadena: A medida que las interrupciones en el suministro de alimentos sean más frecuentes, la industria tendrá que animar a los consumidores a acoger y confiar en los nuevos orígenes, ingredientes y sabores que surgirán a nivel local y mundial. Los desafíos de producción relacionados con el clima y los eventos geopolíticos están aumentando las facturas de alimentos de los consumidores y la conciencia de cómo los eventos mundiales distantes pueden afectar sus planes de comidas. En un mundo cada vez más volátil, las marcas deben comunicar claramente cómo se realizaron los ajustes del abastecimiento local al global para beneficiar a los consumidores. De cara al futuro, será necesario obtener más ingredientes de regiones de cultivo alternativas. Las marcas pueden destacar los beneficios de la diversificación de las fuentes, como las variaciones matizadas de sabores.
-Cosechas híbridas: Los fabricantes tendrán que ilustrar cómo la tecnología y la agricultura trabajan juntas en beneficio de los consumidores, los agricultores y el medio ambiente. En los próximos años, las marcas de alimentos y bebidas deben priorizar cómo estos avances tecnológicos benefician primero al consumidor a través de un mejor sabor, una mayor nutrición o un suministro constante, y luego al medio ambiente. Será imperativo que las nuevas tecnologías se humanicen, en particular la inteligencia artificial.
También de cara a los próximos años, Mintel ha anunciado tres tendencias clave que darán forma al comportamiento de los consumidores. Tanto estos comoy las marcas vivirán en un péndulo que oscilará constantemente entre una sensación de control y una pérdida del mismo. Las tres tendencias apuntadas son las siguientes:
-El hogar: en construcción. En un mercado inmobiliario impredecible, la verdadera comodidad y autenticidad en nuestros hogares surgirá de la celebración de las imperfecciones y la individualidad en lugar de perseguir un ideal que a menudo se nos escapa. El crecimiento de las parejas sin hijos, los nuevos modelos de relación y el envejecimiento en el propio hogar y las comunidades influirán en cómo las personas quieren vivir. La vida hogareña moderna, donde los factores emocionales, prácticos y económicos desempeñan papeles críticos, dará lugar a una reevaluación de los roles definidos en el hogar.
-La comunidad: vidas conectadas. Las comunidades existirán en un espacio colaborativo que desafíe los límites físicos, inspirado en lo que las marcas y los consumidores puedan imaginar juntos. A pesar del miedo a la creciente soledad y aislamiento, existe optimismo en el hecho de que la autoexpresión invita a la comunidad. El tono de una marca puede fomentar un sentido de pertenencia y empoderamiento con sus audiencias, dando forma a un espacio donde las personas pueden prosperar y relacionarse positivamente entre sí.
-El mundo: tradición en transición. La forma en que siempre se han hecho las cosas está cambiando tanto por la fuerza como por la elección. Las marcas deberán aceptar esta inevitabilidad para mantener el progreso y la relevancia. Deben ser muy conscientes de la evolución del sentimiento del consumidor que oscila entre los valores morales y las necesidades básicas. El cambio ambiental, el avance tecnológico y el envejecimiento de la población provocarán desafíos significativos para los consumidores.