La actual emergencia sanitaria como consecuencia del coronavirus está aflorando inéditas alianzas que hasta hace pocos meses hubieran sido impensables. La interrupción de muchas plantas de producción en diferentes ámbitos industriales, como ha sido el caso de la industria de automoción, lejos de suponer un parón en su actividad ha propiciado actividades solidarias dirigidas a "reorientar" temporalmente algunos procesos a la fabricación de equipamiento médico. Y precisamente uno de los equipos que escasean en los hospitales, consecuencia de la crisis sanitaria de la COVID-19 son los equipos de ventilación mecánica para las Unidades de Cuidados Intensivos; una necesidad ha provocado que se creen grupos mixtos de ingenieros, médicos, veterinarios, empresas, etc. para trabajar contra reloj en definir, desarrollar, y si todo va bien, poder industrializar de forma rápida este tipo de equipos. Un caso llamativo en este sentido ha sido el proyecto que se está llevando a cabo, por ejemplo, en la planta de SEAT, en Martorell, al adaptar una línea de montaje al desarrollo y producción de respiradores.Pero no está siendo el único y la industria de electrodomésticos tampoco se habría quedado a la zaga en este sentido.
Uno de estos grupos es el formado por el empresario e ingeniero Jorge Cubeles que inició la versión 0 del proyecto que ha llamado "Respirapadre" y junto al veterinario Luis García y el médico anestesiólogo Fernando Beltrán, han realizado ensayos de un prototipo inicial que, a la fecha, ha dado buenos resultados. A partir de este momento, se incorporaron al equipo, profesionales de BSH Electrodomésticos España, tanto de Zaragoza como de Santander que, de forma intensa y ágil, están aportando su conocimiento y experiencia para la definición del diseño, tecnología y materiales de este equipo, con objeto de tener unas primeras unidades preparadas, en esta semana, para intentar conseguir su homologación.
El pasado lunes, 30 de marzo, el equipo se estableció en la fábrica de BSH en Montañana (Zaragoza) y junto a los impulsores del proyecto se sumaron, entre otros, técnicos de mantenimiento, prototipado e ingeniería de la fábrica. Este equipo ha analizado pieza a pieza la máquina versión 0, para identificar los componentes necesarios que hay que conseguir para su fabricación. El objetivo que persigue el grupo es el de disponer, como se ha explicado antes, en esta semana, de una versión 1 que ya incorporará variaciones sobre la anterior, como por ejemplo, válvulas de regulación de caudal de gases que BSH utiliza en la fabricación de placas de gas en su planta de Santander.
Según se ha señalado desde BSH, se está trabajando intensamente en poder disponer en esta semana de hasta 5 máquinas de esta versión 1. El destino de las mismas está todavía pendiente de concretar, pero serán necesarias para aprobaciones, ensayos en hospitales, etc. Con todo, el reto que se ha marcado el equipo, si todo va bien, es el de poder fabricar una primera serie de al menos 50 unidades homologadas, en la segunda quincena de abril en la fábrica de Montañana (Zaragoza). En este momento, todavía no se han tomado decisiones respecto a una posible fase siguiente de producción en serie.