Tras la desastrosa campaña de 2009 sólo había dos posibilidades para el sector de madera, o mejoraba sus cifras en 2010 o cerrarían la mitad de las compañías. Afortunadamente se cumplió la primera premisa y este campo pudo respirar aliviado. Como en el resto de áreas analizadas en este reportaje, la depresión que se vivió entre finales de 2008 y principios de 2010 tuvo su causa en la fuerte caída del consumo nacional y el desplome de la exportación, pero, a diferencia de los productos plásticos, las cuentas de las compañías no sufrieron el deterioro motivado por los vaivenes del petróleo. Asimismo, pese a que aquí también los pools se mostraron como una competencia insuperable, la simbiosis con este sector es más estrecha ya que los palés de madera tienen una vida más corta que los productos de plástico, lo que obliga a las empresas que prestan servicios pool a comprar más asiduamente a los fabricantes de embalaje de madera y salvar sus cuentas. Aún así, la principal debilidad del sector de madera, que no ha sido tan acusada en el producto plástico, se encuentra en su vinculación a la construcción.