Pee a que parece difícil que se vuelva algún día a los niveles de comercialización de bolsas que existían antes de que Carrefour abriese la veda hace cinco años al dejar de ofrecerlas gratis a sus clientes, el mercado de las bolsas comerciales se encuentra en una fase esperanzadora aunque llena de matices. Por lo pronto, los volúmenes está claro que ya han tocado suelo y que de hecho se están produciendo pequeños avances, pero, además, la industria parece haber dado con ciertas claves capaces de reactivar de una forma significativa su actividad. la apuesta por el diseño y la imagen, así como el respeto medioambiental parece que marcarán el futuro más inmediato, junto con la potenciación de nuevos nichos como el take away o el comercio electrónico. Lo que no está claro es quién se beneficiará de esta posible recuperación, ya que tanto el plástico como el papel presentan sus credenciales como la mejor solución posible.