Aunque la principal herramienta del embalaje logístico de cara al cliente ha sido en los últimos años su margen para ahorrar costes de envío, la recuperación económica ha puesto el foco en una nueva visión que todo el sector busca potenciar. Con una industria en proceso de cambio tanto por la actitud del consumidor (cada vez más concienciado con conceptos como la huella de carbono o la sostenibilidad) como por la existencia de un mercado cada vez más regulado y con inmensos caudales de información que gestionar. Paralelamente, el culto a la imagen llega también al mundo del embalaje hasta el punto de colaborar muy activamente en la creación de imagen de marca por parte del cliente. La idea de fondo es generar un valor al usuario del packaging que a su vez suponga un retorno económico para el proveedor, muy castigado en los años de crisis. El informe de 2017 incorpora una vez más información sobre tres grandes segmentos ligados al embalaje para uso logístico: los consumibles de embalaje (productos industriales como film, sacos, cinta adhesiva o flejes), con líderes como Plastigaur, Ubis, Sorsa o Condepols; el mercado de cajas, contenedores y palés plásticos, en el que destacan firmas como Schoeller Allibert, Ribawood, Cabka o SP Berner; y el segmento de los palés y embalajes de madera, al que corresponden empresas como Aglolak o Pallet Tama. Un año más, se aportan cifras sobre su evolución económica, las inversiones que se están desarrollando o el volumen de productos que mueven cada año.