La Asociación de Latas de Bebidas celebró una jornada en el marco de Hispack 2018. El objetivo fueron los nuevos retos a los que se enfrentan los envases y en particular el reciclado de las latas de bebidas en un mercado en evolución. El presidente de la Asociación Santiago Millet en su bienvenida destacó que "el mercado de latas de bebidas ha evolucionado favorablemente en los últimos años por la mayor confianza de los consumidores; el sector sigue apostando por España, hay dos nuevas fábricas, además de una de tapas, en construcción y con la conversión en marcha de las plantas existentes en unos dos años habrá 100.000 t de latas de aluminio, con un gran valor material para reciclar". Por ello la parte central de la jornada estuvo dedicada a cómo abordar ese reto.
Margarita Ruiz Saiz-Aja, Subdirectora General Adjunta de Residuos, Calidad y Evaluación ambiental del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente destacó los aspectos esenciales del nuevo modelo de economía circular y en particular de los objetivos distintos para cada metal -acero o aluminio-. Como aspectos más relevantes para el sector de latas de bebidas mencionó la necesidad de unificar la medida del reciclado y la contabilización de las cantidades de metal recuperadas post incineración.
Por su parte, Aurelio del Pino, presidente de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES), trató los retos actuales para el sector de la distribución, haciendo hincapié en que“toda la cadena de suministro, desde la producción a la gestión de los residuos de envases, tiene que colaborar lealmente para reducir el impacto ambiental de la actividad, de una manera eficiente y atendiendo a las necesidades reales de los consumidores. Hay que evitar que la regulación introduzca distorsiones no deseadas en los procesos empresariales o discriminaciones injustificadas entre operadores y modelos comerciales. Hay que informar al consumidor no sólo de los beneficios ambientales de las medidas sino también de su coste e inconvenientes. “
Antonio Viaplana -gerente de Regulator de Cetrisa- y Agustín Martínez -vicepresidente de Asplarsem- abordaron los aspectos técnicos y nivel tecnológico de las actuales plantas de selección, que ya han comenzado a prepararse para los cambios de material en marcha. El creciente numero de latas de aluminio requerirá aún mejoras en la capacidad y tamaño de los separadores, así como que el material llegue correctamente disgregado sobre todo a los equipos de inducción. Además hay que estar preparados para recuperar también tamaños pequeños - como las anillas de las latas de bebidas-.
Otro aspecto importante es insistir en que una mayor parte de los envases metálicos se recuperen a través de los contenedores amarillos, ya que, como destacó Begoña de Benito de Ecoembes: “con todo el esfuerzo en concienciación que hemos realizado en estos veinte años, una parte considerable de la población sigue aún creyendo que el contenedor amarillo es sólo para el plástico” por todo ello indicó que se está realizando un esfuerzo conjunto con las asociaciones del envase metálico en recordar que “las latas van al amarillo”.
También destacó que hay que seguir mejorando el esfuerzo en la recogida de envases consumidos en el ámbito privado (empresas) y público (instituciones) además del doméstico.
El SDDR, de nuevo a debate
Vicente Inglada, Secretario General de UCE Comunitat Valenciana y Beatriz Rodríguez, Coordinadora del programa Tyrius-ALB, expusieron la situación del SDDR en la comunidad valenciana donde ha sido por ahora descartada su implantación.
Beatriz Rodríguez destacó especialmente los mensajes tan confusos que se han estado comunicando a la sociedad valenciana por parte de los interesados en la implantación de este sistema, especialmente, creando una enorme confusión con que el SDDR era como devolver antiguamente el casco. En colaboración con la Asociación de Latas de Bebidas, Tyrius ha desarrollado un programa de charlas para consumidores de toda la comunidad donde se ilustran las diferencias entre el sistema propuesto y el actual, así como los inconvenientes que éste último supondría en el hogar.
UCE por su parte recordó cómo rechazó el modo en que se intentó introducir el sistema por los inconvenientes y mayor coste que habría supuesto para el ciudadano.