Como estaba previsto, el Consejo Europeo hizo pública el pasado 18 de diciembre su posición de cara a las futuras negociaciones en torno al Reglamento de Envases y Residuos de Envases, cumpliéndose así un nuevo paso en la tramitación de este texto que, una vez más, no ha estado exento de polémica. La cadena de valor así como distintas asociaciones y empresas europeas habían expresado en las últimas semanas su preocupación sobre el cariz de los debates que se celebraban en el seno de esta institución, donde se habían formado dos grandes bloques de países, uno liderado por Italia y Francia, que buscaba un modelo en el que primara el reciclado, y otro comandado por Dinamarca que buscaba una redacción más cercana al borrador que presentó la Comisión Europea hace aproximadamente un año, es decir, con un fuerte protagonismo para los envases reutilizables. Tal y como se ha destacado en la presentación de los acuerdos alcanzados, la presidencia española ha buscado alcanzar el mayor grado posible de consensos, lo que ha significado nuevas excepciones.
“Cada europeo generó 190 kg de residuos de envases en 2021”, afirmó Teresa Ribera Rodríguez, vicepresidenta tercera del gobierno español y ministra para la transición ecológica y el reto demográfico. “Y esta cifra crecerá casi un 20% en 2030, si las cosas siguen igual. No podemos permitir que eso suceda. El enfoque general de hoy envía un mensaje contundente de que la UE está comprometida a reducir y prevenir los residuos de envases de todas las fuentes. Este reglamento es crucial en nuestro camino hacia una economía circular y una Europa climáticamente neutra”.
El Consejo mantuvo el ámbito de aplicación de la propuesta de la Comisión, que abarca todos los envases, independientemente del material utilizado, y todos los residuos de envases, independientemente de su origen, así como la mayoría de los requisitos de sostenibilidad para todos los envases comercializados y los objetivos principales propuestos por la Comisión. Pide a la Comisión que trabaje con la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA en sus siglas en inglés) para la redacción de un informe que debería de ver la luz en 2026 que determine la presencia real de sustancias preocupantes en los envases y determine su impacto en la reutilización o el reciclaje de materiales o la seguridad química.
En áreas como la reciclabilidad o la compostabilidad, se exigirá que todos los envases comercializados sean reciclables. Se mantiene la definición de “envase reciclable” como aquel que está diseñado desde un inicio para su reciclaje matizando que el residuo deberá recolectarse, clasificarse y reciclarse por separado a escala, condición esta última que se aplicará a partir de 2035. Se han mantenido los objetivos principales para 2030 y 2040 en materia de contenido mínimo de reciclado en envases de plástico pero de aquí a 2034, la Comisión tendrá que revisar la aplicación de los objetivos para 2030 y evaluar la viabilidad de los objetivos para 2040.
El Consejo también acordó que las bolsitas de té y las etiquetas adhesivas de frutas y verduras tendrán que ser compostables dejando abierta la opción para que los estados miembros legislen de manera particular y obliguen a que otros formatos (tales como cápsulas de café o las bolsas de plástico ligeras, a priori prohibidas si emplean plástico tradicional) deban ser también compostables.
En cuanto a la reducción de residuos de envases se mantiene el objetivo fijado en el Parlamento para que se reduzcan los volúmenes de residuos un 5 % para 2030, un 10 % para 2035 y un 15 % para 2040 sobre los totales de 2018. No obstante, estos objetivos serán revisados por la Comisión ocho años después de la entrada en vigor del Reglamento. Asimismo, los estados miembros también tendrán opción de imponer medidas a este respecto que sean más ambiciosas.
Excepciones a la reutilización
El punto más complejo a tratar, los objetivos de reutilización y recarga para 2030 y 2040, también tendrán modificaciones. Se han mantenido los criterios establecidos por la Comisión para identificar los envases reutilizables, introduciendo un número mínimo de viajes o rotaciones que será menor para los envases de cartón debido a las diferentes características de este material. El texto fija nuevos objetivos de reutilización y recarga para 2030 y 2040. Se aplican objetivos distintos en función de si se trata de grandes electrodomésticos, alimentos y bebidas servidos en envases para llevar, bebidas alcohólicas y no alcohólicas (a excepción del vino), envases de transporte (a excepción de los envases utilizados para mercancías peligrosas o equipos a gran escala y los envases flexibles que estén en contacto directo con alimentos) o envases colectivos. Los envases de cartón están exentos de estos requisitos. Por otra parte, se ha introducido la posibilidad de que los agentes económicos se agrupen para cumplir colectivamente los objetivos de reutilización en lo que respecta a los envases de bebidas, una de las peticiones de la delegación alemana. Las islas con menos de 2.000 habitantes también quedarán exentas de los objetivos de reutilización y recarga, una cuestión que Grecia abordó en la reunión del lunes.
Países como Dinamarca, que esperaban un resultado más ambicioso en materia de reutilización, se mostraron decepcionados pero dijeron que apoyarían la propuesta de compromiso del Consejo para hacer avanzar las negociaciones. Europa “simplemente no puede reducir los residuos centrándose únicamente en el reciclaje”, dijo Magnus Heunicke, ministro danés de Medio Ambiente. Los Países Bajos, por su parte, dijeron que estaban "particularmente preocupados" por las propuestas para equiparar el reciclaje con la reutilización, diciendo que "esto es contrario a la jerarquía de residuos". Mientras tanto, Bélgica cuestionó la exención otorgada a las botellas de vino, calificándola de injusta para los fabricantes de cerveza artesanal. "La cerveza artesanal debería protegerse de la misma manera que protegemos el vino", afirmó el representante belga, añadiendo que las microempresas también deberían ser consideradas para exenciones de los objetivos de reutilización. En cualquier caso, el Consejo pide a la Comisión que revise los objetivos para 2030 y que, en función de esa revisión, evalúe los objetivos para 2040 y las exenciones establecidas en este ámbito.
Con arreglo a las nuevas normas, los Estados miembros deben garantizar, de aquí a 2029, la recogida separada de al menos un 90 % anual de las botellas de plástico de un solo uso y de los recipientes metálicos de un solo uso para bebidas. Para alcanzar este objetivo, se les exige establecer sistemas de depósito y devolución para los envases en esos formatos. Los requisitos mínimos para los sistemas de depósito y devolución no se aplicarán a los sistemas existentes antes de la entrada en vigor del Reglamento, si los sistemas en cuestión alcanzan el objetivo del 90 % para 2029. El Consejo ha añadido una excepción al requisito de establecer un sistema de depósito y devolución para aquellos Estados miembros en los que el porcentaje de recogida separada esté por encima del 78% en 2026.
Restricciones relativas a determinados formatos de envase
Las nuevas normas restringen determinados formatos de envase, como los envases de plástico de un solo uso para frutas y hortalizas, alimentos y bebidas, condimentos y salsas en el sector de la hostelería y pequeños productos cosméticos y de aseo utilizados en el sector del alojamiento (como, por ejemplo, botellas de champú o de loción corporal). El Consejo ha introducido la posibilidad de que los Estados miembros establezcan exenciones en determinadas circunstancias, en particular para las frutas y hortalizas ecológicas.
Otros cambios acordados por el Consejo incluyen aclaraciones adicionales sobre el etiquetado de los envases para garantizar que los consumidores estén bien informados sobre la composición material de los envases y su correcta eliminación cuando se conviertan en residuos. El Consejo también ha introducido cierta flexibilidad para tener en cuenta los sistemas de etiquetado que ya existen en algunos Estados miembros.
Por otra parte, el Consejo ha mantenido la mayor parte de las obligaciones de los agentes económicos, fabricantes, importadores y distribuidores establecidas en la propuesta de la Comisión. Ha reforzado las obligaciones de los prestadores de servicios logísticos para garantizar que los productores que utilizan dichos servicios no eludan sus obligaciones en materia de responsabilidad ampliada del productor. Por último, el Consejo ha retrasado la fecha de aplicación del Reglamento a 18 meses después de su entrada en vigor lo que, si se cumple el calendario que todos los agentes tienen en mente, significaría que el texto será completamente obligatorio para los Estados miembros en el otoño de 2025.
Como es sabido esto no es el final del camino ya que en enero, bajo la presidencia belga, comenzarán los trílogos, esto es, las negociaciones entre representantes de la Comisión, el Parlamento y el Consejo, cuyas conclusiones serán enviadas de nuevo al Parlamento para su votación final (con o sin enmiendas) y su posterior publicación.
Se suceden las reacciones
Como no podía ser de otra manera, la catarata de respuesta ha sido amplia y variada. European Bioplastics ha lamentado la posición adoptada por los Ministros de Medio Ambiente en el Consejo de Medio Ambiente, considerando que la falta de reconocimiento del papel de los bioplásticos era "una oportunidad perdida". "Los Estados miembros parecen hoy estar divididos en una serie de cuestiones clave, que serán problemáticas para la aplicación de un reglamento tan complejo, si las consiguientes deficiencias no se solucionan durante los diálogos tripartitos", declaró Roberto Ferrigno, jefe de Asuntos de la UE en UEBP. “Es un enfoque general débil, que apenas reconoce el valor de un número muy reducido de aplicaciones compostables y obstaculiza las soluciones innovadoras de base biológica. Los desacuerdos entre los gobiernos y las derogaciones de varias medidas importantes darán lugar a una mayor fragmentación del mercado interior”, añadió.
La asociación de refrescos Unesda describió los esfuerzos como insuficientes para abordar plenamente los elementos críticos que ayudarán a avanzar en la circularidad. “Nuestra industria lamenta profundamente que se haya reducido el umbral de recuperación al 78%, frente al 90% previsto por la Comisión Europea y el 85% propuesto por el Parlamento Europeo. Este no es el enfoque correcto para impulsar la recolección y el reciclaje de envases de bebidas”. Sin embargo, Unesda acoge con satisfacción el apoyo, tal y como se ha expresado en el texto, al “Refil” como una de las soluciones aceptables para alcanzar los objetivos de reutilización y recarga, pero lamenta la falta de reconocimiento de la complementariedad de la reutilización y el reciclaje. Con respecto a los objetivos de contenido reciclado, el director general de Unesda, Nicholas Hodac, añadió: "También estamos decepcionados por la falta de apoyo de los Estados miembros a un mecanismo que permitiría el reciclaje en circuito cerrado siempre que tenga sentido. Asimismo, un derecho de acceso prioritario a los reciclados de calidad alimentaria proporcionaría a los fabricantes de bebidas un acceso más directo a materiales reciclados, permitiéndoles alcanzar los objetivos obligatorios de contenido reciclado de la UE y sus propios compromisos voluntarios”.
Por su parte, Flexible Packaging Europe (FPE), que representa a los proveedores de envases flexibles de todos los materiales, acoge con satisfacción las mejoras en los plazos para los requisitos de reciclabilidad, que en términos generales se alinean con las enmiendas propuestas por el Parlamento Europeo. También le resulta alentador que el Consejo reconozca que los Estados miembros deben recoger los envases que hayan sido diseñados para su reciclaje y que no se permitirá la incineración ni el vertido de dichos envases. A pesar de que se lograron buenos avances en algunas partes del texto, el Consejo envía mensajes contradictorios sobre cómo los operadores económicos, junto con los Estados miembros, lograrían la reciclabilidad a escala, una condición de acceso al mercado en 2035.
Establecer objetivos ambiciosos para 2035 en materia de reciclabilidad a escala de categorías de envases, por ejemplo, envases flexibles, requerirá condiciones propicias sólidas que actualmente faltan en el texto del Consejo. La recogida selectiva obligatoria es un primer paso muy apreciado, pero también es necesario encargar a los sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor (REP) la tarea de aceptar envases reciclables. Además, las tarifasque se fijen en estos sistemas deben emplearse en construir infraestructuras muy necesarias para categorías de envases específicas si se quiere lograr los nuevos objetivos de reciclaje. Los Estados miembros incluso dejan abierta la posibilidad de posponer la consecución de los objetivos de reciclaje existentes para 2030. Esto envía una señal a los inversores de que los gobiernos no están plenamente comprometidos ni con la transformación de la UE hacia una economía circular, ni con garantizar el reciclaje a escala de todos los envases diseñados para el reciclaje.
La federación de envases de vidrio Feve dijo que, a diferencia del Parlamento Europeo, el Consejo de la UE no ha reconocido la contribución que los envases circulares pueden hacer a la competitividad y el crecimiento en su posición sobre el Reglamento de Envases y Residuos de Envases. Esta industria sigue además preocupada de que los diseños de envases distintivos estén amenazados, ya que los Estados miembros no reconocieron plenamente el diseño como un aspecto esencial del envase y la importancia de respetar adecuadamente los derechos de propiedad intelectual derivados de conceptos únicos.Adeline Farrelly, Secretaria General de Feve, afirmó: "Estamos profundamente preocupados de que, aunque los Estados miembros reconocieron el riesgo de la sustitución de materiales, los objetivos generales de reducción de residuos de envases basados únicamente en el peso alentarán inadvertidamente un cambio de materiales circulares como el vidrio a materiales más ligeros pero materiales menos reciclables o reutilizables”.
"Además de sus beneficios para la salud y el medio ambiente, las características del vidrio en términos de diseño, transparencia, formas, colores y versatilidad a menudo hacen del vidrio una parte integral de un producto", añadió Farrelly. "Por lo tanto, restringir de manera desproporcionada el diseño de los envases significa que todos los productos tendrán un aspecto similar. Las marcas perderán una de las herramientas más importantes para transmitir su identidad a los consumidores y destacar en los lineales”.
Por último la organización Zero Waste Europe, muy combativa en todo este proceso, reconoce que la posición del Consejo, aunque diluida, representa una mejora con respecto a "la posición retrógrada del Parlamento", estableciendo una base sólida para las próximas negociaciones en los diálogos tripartitos. Lo puntos más polémicos son el enfoque general del Consejo incluye la eliminación de los objetivos de reutilización del vino y el restablecimiento de las exenciones del cartón. Además, el Consejo sugiere limitar las restricciones sobre los envases de frutas y hortalizas frescas exclusivamente a los envases de plástico, otro aspecto que no le satisface.
Dorota Napierska, responsable de políticas de economía circular libre de tóxicos, ha afirmado que "El texto de compromiso del Consejo introduce medidas cruciales, incluida una identificación clara de las sustancias preocupantes en las etiquetas de los envases y evaluaciones integrales de su impacto en la reutilización, el reciclaje y la seguridad química. Al tiempo que mejoramos la transparencia, instamos a tomar acciones audaces inmediatas, especialmente para sustancias peligrosas como PFAS y bisfenoles, para salvaguardar la salud humana y abordar el papel vital de los envases en la vida cotidiana”.