Tras la ligera remontada de 2011, el sector de distribución foodservice cerró el pasado año con una nueva caída en su volumen de negocio, especialmente lastrado por la subida del IVA en septiembre. Los datos preliminares de 2013 apuntan a un leve repunte en los últimos meses del ejercicio que, sin embargo, no será suficiente para paliar el mal comportamiento de los comienzos. A nivel empresarial, se confirma la tendencia hacia la prestación de un servicio más integral.
Hace exactamente un año, desde estas mismas páginas, apuntábamos a que el sector de distribución foodservice dejaba ver débiles signos de mejoría, como demostraba el hecho de que su facturación global por aquel entonces hubiese crecido en torno a un 1%. Doce meses después, este indicador experimentó una nueva caída del 2,3% hasta los 12.598,45 M€. Retroceso que entroncaría con las últimas cifras del Informe sobre Alimentación en España realizado por Mercasa para el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente según el cual, los establecimientos de hostelería gastaron 33.044 M€ en 2012 en sus compras de alimentación y bebidas (-4,1%).
Las cifras aportadas por la asociación sectorial Fedishoreca (Federación Española de Empresas de Distribución a Hostelería y Restauración), sin embargo, dejan ver, de nuevo, atisbos de mejoría. Las mismas, indican que entre septiembre y octubre de 2013 las ventas del sector con respecto al mismo periodo del curso previo crecieron un 7%, superando incluso el 10% en zonas como Levante y otros puntos del litoral mediterráneo. En base a esta asociación, “el periodo de verano se inició con datos muy negativos, concretamente hasta finales de junio, con pérdidas en volumen del 9%. Durante julio y agosto hubo un cambio de tendencia con ventas en ligero crecimiento, que se ha consolidado en septiembre y octubre con el alza de las compras de la hostelería”. Para su director general, José Manuel Fernández, “esto marca un horizonte de crecimiento y un 2014 con perspectivas positivas, ya que, aunque el buen tiempo ha ayudado, se constata un cambio de tendencia”. A pesar de ello, puntualiza que para las empresas “2013 será peor que el anterior en ventas y resultados. Ya en 2014, estimamos que se producirán incrementos en la facturación, aunque no se recuperará la pérdida del 2013”.
Otros signos que dejan espacio para el optimismo serían, por ejemplo, la mejora en un 2% de la ocupación hotelera en el tercer trimestre de 2013 o el incremento de la llegada de turistas (+5,3%) hasta junio. De hecho, estas cifras maridan a la perfección con los últimos resultados disponibles al cierre de esta edición sobre la evolución de las ventas de los restaurantes y bares. Aquí, las cifras aportadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) señalan que este valor se incrementó en septiembre un 0,7% (por segundo año consecutivo) en claro contraste con la caída del 8,9% de septiembre de 2012. El alojamiento avanzó un 7,5%, por quinta vez consecutiva.
Ante esta oscilación de datos, las fuentes consultadas por Hostelmarket coinciden en que el gran enigma será saber si los consumidores recuperarán sus antiguas costumbres de ocio o, si por el contrario, la cultura “low cost” se perpetuará. José Manuel Fernández opina que “en nuestro sector, el factor psicológico es muy importante. Con la crisis, el consumo fuera del hogar se ha resentido, con importantes cambios de hábitos del consumidor y, aunque las cifras del paro empiecen a mejorar y crezca la economía, la vuelta a parte de las costumbres anteriores, como la frecuencia con la que se va a bares y restaurantes, es más lenta”. En esta línea se sitúa Luis Angel de la Fuente, de Grandes Marcas Horeca (GMH), al destacar que “el low cost en nuestro sector, como en casi todos los demás, ha venido para quedarse”. Por último, Juan Carlos López, coordinador de Grupo de Gestión Región Centro, asevera que “el cambio en los hábitos de consumo” es una de las barreras a las que se enfrenta el sector en el futuro. Para paliarlo, el grupo está realizando “importantes inversiones” para aumentar las familias de productos con las que trabajan y, por ende, el número de referencias, con el objetivo de conseguir que sus asociados “den un servicio integral a sus clientes”.