El servicio de desayunos en hoteles está cobrando progresivamente un mayor valor estratégico para los establecimientos, que lo ven como una forma de satisfacer mejor al cliente y, así, facilitar su fidelización y asegurarse con ello unas ventas adicionales. En este sentido, el negocio medio que proporciona la comida matutina ronda el 23% de los ingresos de un hotel, según los datos obtenidos por la encuesta Hostelmarket, que asimismo supondría en torno al 8% de la facturación global de un establecimiento tipo.
Precisamente, la encuesta también refleja que el bufet es el modelo claramente elegido para ofrecer los desayunos, concretamente por parte del 73% de los hoteles españoles. Este sistema autoservicio, que conlleva una más atractiva disposición de los alimentos, a modo de muestrario, y donde el cliente elige libremente y sin mayores limitaciones, ha acabado imponiéndose al tradicional servicio a mesa. No obstante, se suelen mantener algunas atenciones personalizadas, como el café o el show cooking, una tendencia que implica la preparación en el acto de algunos platos.
Sobre los productos ofrecidos, la salud, variedad y calidad priman en la oferta. Los proveedores tienden a especializar sus gamas específicamente para el canal horeca, desarrollando productos de alta calidad que aporten un valor diferencial. Incluso, la tarea de estas empresas va más allá del suministro y puede incluir las funciones de asesoramiento, formación de personal y know-how en general. En el presente reportaje se hará hincapié en las principales familias de productos que podemos encontrar en un desayuno hotelero, tales como leche, café, masas congeladas, mantequilla, postres lácteos, mermeladas, cereales y zumos.