Nada menos que la mitad (un 50,4%) de las empresas españolas de bienes de consumo -producción, distribución, hostelería, envases, etc.- se encuentra actualmente realizando inversiones en diferentes apartados de su cadena de suministro, o planea llevarlas a cabo en el futuro inmediato, según datos recabados por Alimarket en una reciente encuesta. Si la importancia real de cualquier cosa la dan los hechos, no cabe duda de que el valor que han cobrado las actividades logísticas en el ámbito empresarial español es de alta prioridad. Alimarket ha querido testar esa importancia, a través de una encuesta, y los resultados muestran que las acciones dirigidas a la mejora en logística, tanto a nivel de gestión, como en cuanto a inversión económica dedicada -seguramente más revelador-, se han incrementado enormemente en los últimos tiempos.
Un evidente acicate de todo ello ha sido la búsqueda de eficiencias para afrontar la crisis. A la pregunta de si la situación económica actual ha influido para que su empresa incremente las acciones dirigidas a mejorar el área logística, un 81,4% de los directivos encuestados ha respondido afirmativamente. Esta idea de que 'Es el momento de la Logística' encabeza precisamente la nueva edición del Encuentro Alimarket Logística Gran Consumo, que se celebra en Madrid el próximo 23 de mayo, una jornada de conferencias en la que se compartirán los conocimientos que sitúan la gestión logística en el primer plano de las decisiones corporativas ().
Según los resultados de la encuesta, la mayor parte de las decisiones en torno a la optimización logística tienen que ver con una revisión y rediseño de la estrategia: un 46,3% de las mismas supone una reforma de la estrategia de logística en general y un 49,3% más concretamente la de transporte. Por áreas más específicas, se están efectuando mejoras en las de aprovisionamiento (41,24%); reparto y entrega de mercancías (39,4%); preparación de pedidos (38,6%) y almacenaje de producto terminado (34,67%). Mientras, otras tareas que también están demandando nueva atención son la coordinación entre departamentos -logística, producción y comercial- (37,9% de los casos); planificación de la demanda (30,3%); mejoras medioambientales y energéticas (18,9%); así como la externalización de medios, adaptación al e-commerce y la logística inversa.
En lo relativo a las inversiones que requieren desembolso económico, la cuantía de las mismas no es realmente elevada, pues en dos tercios de los casos corresponden a presupuestos inferiores a 1 M€ y sólo en un 5% de las empresas se preparan con sumas superiores a los 6 M€ -fundamentalmente para equipamiento de almacén-. En general, la implantación de nuevas tecnologías es el concepto que más atención inversora recibe, pues se entiende que su correcta aplicación produce rápidos efectos de optimización. En concreto, el 51,4% de las compañías está invirtiendo en sistemas de gestión logística informatizada, y el 42% en automatización de procesos. La instalación de nuevo equipamiento de almacén -estanterías, equipos de manutención y almacenaje, etc.- es motivo de inversión para el 43,5% de las firmas, mientras el incremento de la infraestructura, con nuevos centros de almacenaje y vehículos, también son de interés para las compañías, con un 31,8% y un 22,4% de las respuestas, respectivamente. Por detrás quedan temas como la contratación de medios externalizados, recursos humanos, consultoría e I+D+i.
Segmentando los resultados entre las empresas por diferentes sectores y actividades, hay que significar que apenas surgen diferencias entre las firmas dedicadas a la industria y producción de bienes de consumo y las que se encargan de su venta o distribución a través de los distintos canales comerciales. Sin embargo, es más relevante la división por facturación de las empresas. Así, el porcentaje de las compañías que está actualmente destinando inversiones económicas en logística se dispara hasta el 73,3% entre las que tienen ventas de más de 100 M€, y al 62,5% en las que facturan entre 50 y 100 M€, para quedar en el 50% en aquellas cuyos ingresos van de 25 a 50 M€. A partir de aquí, los porcentajes de empresas inversoras van descendiendo en paralelo a su facturación.