Una de la principales ventajas que aporta la incorporación de tecnologías 4.0 al mundo de la logística es la automatización de labores repetitivas, lo que se traduce en una reducción de costes laborales en aquellas actividades en las que el operador humano puede ser reemplazado por una máquina. El picking automático, el uso de drones para realizar inventarios y los vehículos de guiado autónomo para mover palés son ejemplos de tecnologías cada vez más utilizadas en almacenes de todo tipo, conviviendo y, en algunos casos sustituyendo, las labores de los operarios.
Se calcula que en la actualidad existen en Europa 11 M de personas que trabajan para el sector de la logística y el transporte, la mayor parte ocupados en empleos de baja capacitación y predominantemente manuales, como la selección, la clasificación y el traslado de mercancías. Un panorama que, según un reciente estudio elaborado por Aberdeen Standard Investment y Transport Intelligence, podría estar a punto de cambiar. El 47% de los participantes del mismo confirmaron que la automatización de los almacenes impactará en la cantidad de empleo que se necesita para hacer funcionar dichas instalaciones, especialmente en las actividad relacionadas con la robotización y el internet de las cosas. No obstante, estos mismos consultados ratificaron la necesidad de poner en marcha medidas destinadas a mejorar las condiciones de trabajo, incluyendo costes salariales superiores. La explicación es clara: conforme las instalaciones se vuelven más sofisticadas, aumenta la necesidad de trabajadores más cualificados capaces de gestionar y mantener unos equipos cada vez más especializados.
En otras palabras, mientras que los más pesimistas vaticinan un descenso en el número de trabajadores empleados en el sector logístico, hay quien prevé que la pérdida de empleos no será tan numerosa y que más bien se tratará de sustitución de unos trabajadores por otros mejor cualificados. Un estudio elaborado por Mountpark en colaboración con USAA Real Estate señala que uno de los grandes retos a los que se enfrenta el sector a nivel europeo es la disponibilidad de mano de obra cualificada y a un coste adecuado, factores que incluso se tienen en cuenta a la hora de elegir los emplazamientos más idóneos para las implantaciones logísticas.
Otras fuentes vaticinan también un importante crecimiento para los robots colaborativos o cobots, que realizan operaciones en las que los humanos siguen teniendo un papel fundamental. De hecho, durante el pasado año este tipo de tecnología registró un crecimiento de en torno al 60%. La clave de su éxito está relacionado con su coste más reducido y un retorno de la inversión más rápido. La fabricante de AGV Kivnon comparte esta idea: “Es cierto que la automatización nos obligará a reformarnos y mejorar competencias, pero esto nos llevará a una nueva era de trabajo de calidad, sin riesgos laborales y éxito individual. Según un informe del World Economic Forum (WEF), 75 M de trabajos serán reemplazados por robots y máquinas para 2022, mientras que 133 M de cargos nuevos pueden ser generados”.