Toys "R" Us atraviesa una compleja situación financiera que le ha llevado a iniciar un proceso de reestructuración para poder continuar su actividad a futuro. Para ello, la multinacional juguetera se ha acogido al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras estadounidense, una figura jurídica equivalente a la antigua suspención de pagos, que ofrece la posibilidad de desarrollar un plan de reestructuración sujeto a supervisión judicial mientras se mantiene la actividad.
A través de este proceso, el grupo distribuidor podrá reestructurar su deuda pendiente y establecer una estructura de capital sostenible que permita invertir en el crecimiento a largo plazo y en las aspiraciones del grupo. Cabe destacar que, según ha apuntado, la entrada voluntaria en el Capítulo 11 es afecta a la compañía Toys "R" Us, a algunas de sus filiales estadounidenses y a su subsidiaria canadiense, pero no a las operaciones fuera de Estados Unidos y Canadá. De hecho, los cerca de 1.600 puntos de venta con que opera a nivel mundial, "la amplia mayoría rentables", continúan operando de manera normal bajo los anagramas 'Toys "R" Us' y 'Babies "R" Us'.
“Hoy marca el comienzo de una nueva era en Toys “R” Us, en la que esperamos que las limitaciones financieras que nos han retenido se abordarán de manera más duradera y efectiva”, ha afirmado Dave Brandon, presidente y director general del grupo, que confía en estar siguiendo los pasos correctos para el futuro. En este sentido, la distribuidora, cuya plantilla global se acerca a los 65.000 trabajadores, ya tiene el compromiso de financiación de un sindicato bancario por más de 3.000 M$ a la espera de aprobación judicial.
La multinacional opera en España a través de la filial Toys "R" Us Iberia, que gestiona el negocio en la Península Ibérica. En el mercado español cuenta con 51 puntos de venta, una plantilla superior a 1.600 empleados, y un catálogo de más de 16.000 artículos.