La Clínica Universidad de Navarra ha implantado un nuevo estudio genético para conocer la respuesta a los medicamentos que se prescriben en base a la genética del paciente. El test ofrece al especialista una información precisa, personalizada y modificable sobre la respuesta a más de 300 medicamentos.
Este nuevo servicio se ha puesto en marcha gracias a un acuerdo entre el propio hospital universitario y OneOme RightMed, una empresa codesarrollada por la Clínica Mayo. Esta alianza permite a la Clínica adquirir un mayor conocimiento de la respuesta genética a los medicamentos y poder así hacer un uso más racional de los fármacos.
“Cuando una persona toma fármacos, su eficacia y toxicidad viene mediada por el metabolismo individual. Al final, la capacidad de metabolizar los fármacos de cada persona implica muchos genes, que a su vez están sujetos a una gran variedad de polimorfismos genéticos. Los test farmacogenéticos nos ayudan a conocer estas características genéticas individuales y usarlas para ajustar el tratamiento de los pacientes de una forma más adecuada”, explica la doctora Ana Patiño, directora de la Unidad de Genética de la Clínica.
¿Cómo funciona este servicio? El especialista recoge una muestra de saliva o sangre del paciente que, desde la Unidad de Genética, se envía a Minneapolis donde OneOme lo analiza y elabora un informe con los datos genéticos. Un proceso que dura unos días pero que es válido para toda la vida. “El médico podrá ir incorporando al informe cambios relevantes en el tratamiento del paciente a lo largo de su seguimiento, para conocer qué interacción pueden tener los nuevos fármacos en base a su genética”.
Un informe abierto a todas las especialidades pero especialmente indicado para departamentos como Chequeos, Psiquiatría, Oncología o unidades del dolor. Áreas en las que se tratan pacientes complejos y polimedicados. “Por su capacidad de predicción farmacodinámica, esta prueba puede aportar datos muy útiles en la elección del tratamiento farmacológico de pacientes con patología psiquiátrica refractaria, especialmente en psicosis o trastornos del humor. Son pacientes con problemas de tolerabilidad, pluripatología y/o plurimedicación”, ejemplifica el Dr. Patricio Molero, especialista del Departamento de Psiquiatría y Psicología de la Clínica.
Esta nueva técnica no solo permite concretar y personalizar mejor el tratamiento farmacológico, sino que facilita la eliminación de periodos de prueba de un medicamento o la reducción de sus posibles efectos adversos. Ningún medicamento es inocuo y, por lo tanto, cualquier persona puede sufrir algún efecto desfavorable. En Estados Unidos las reacciones a los medicamentos constituyen la 4ª causa de muerte o, en los países desarrollados, el abuso de antinflamatorios es una de las principales causas de diálisis.
Unas cifras que demuestran la importancia de la farmacogenómica. “Es bueno conocer esa información porque, aunque en muchos casos no se puede ni se debe evitar el uso del medicamento (como puede ser la quimioterapia), sí permite conocer y adelantarse a las toxicidades. El test también permite elegir el tratamiento más adecuado, cuando hay varios similares disponibles, en base a la genética individual. Ahora bien, este es un conocimiento complementario al que ya tenemos, los genes no lo son todo”, reconoce la doctora Patiño.