La Clínica Universidad de Navarra ha abierto su Centro integral de la Próstata, que, según la compañía es el primero que ofrece dentro de un hospital "todos los métodos diagnósticos y tratamientos disponibles en la actualidad para el abordaje de la patología prostática". En palabras del doctor Dr. Bernardino Miñana, director del Centro de Próstata y co-director del Departamento de Urología de la clínica, "al disponer de todas las opciones existentes, apostamos por terapias personalizadas para cada paciente, ofreciéndole la que será más apropiada para curar la lesión, pero siempre buscando preservar la función sexual y urinaria”.
El nuevo centro, integrado en las dos sedes de la clínica en Pamplona y Madrid, proporciona diagnóstico y tratamiento completo tanto para la enfermedad benigna de próstata (hiperplasia) como la maligna (cáncer). Forma parte del Cancer Center Universidad de Navarra y cuenta con el apoyo del Cima Universidad de Navarra (Centro de Investigación Médica Aplicada). Su equipo médico lo conforman 40 profesionales altamente especializados (Urología, Oncología Radioterápica y Médica, Medicina Nuclear, Radiología Intervencionista, Anatomía Patológica…). El doctor Miñana subraya que “el valor no lo proporciona solo el hecho de disponer de la tecnología más avanzada, sino también la experiencia de nuestros profesionales y el enfoque multidisciplinar centrado en el paciente y sus necesidades, acompañado de un equipo de enfermería altamente especializado”.
En este centro, como explica Miñana “en lugar de usar la biopsia convencional transrectal, utilizamos sistemáticamente la resonancia magnética multiparamétrica con la biopsia de fusión de imágenes, lo que nos permite diagnosticar el tumor de forma mucho más fiable y evitar segundas biopsias". Además, para los casos de riesgo bajo o intermedio emplean la terapia focal, una técnica en la que poseen "una amplia experiencia y la serie de pacientes con mayor tiempo de seguimiento a nivel nacional: el 100% de nuestros pacientes conservan la continencia urinaria y la función sexual el 96%, a diferencia del tratamiento convencional (radical) en el que las cifras se reducen en función de la técnica y de las características del tumor y del paciente". Asimismo, cuando se tiene que optar por la extirpación de la próstata se apuesta por técnicas mínimamente invasivas, como la cirugía robótica, que permiten también mantener la continencia urinaria y "la potencia sexual en torno al 90% en varones jóvenes y con tumores de bajo riesgo o intermedio”.
Disponen además de PET con Galio PSMA, que localiza el tumor en la pelvis en caso de que reaparezca el cáncer, lo que permite aplicar un tratamiento dirigido y detectar la patología de forma precoz (con un PSA inferior a 1 y sin síntomas visibles). Para Miñana “esta novedosa opción diagnóstica abre un nuevo mundo de posibilidades para un cáncer muy frecuente y potencialmente mortal, ya que, al disponer de nueva información sobre la recidiva del tumor (reaparición), podemos elegir, según la zona en la que esté situado y la agresividad, la opción que será más eficaz para cada paciente”.