Panorama cambiante en el mercado estadounidense de yogures
Tras varios años de rápido crecimiento, el consumo de yogures se ha ralentizado en EE.UU. Los tiempos del auge auspiciado por la nueva moda del yogur griego se están desvaneciendo. Algunos fabricantes han conseguido mantener un crecimiento constante, pero otros han encontrado más dificultades. El “perfil” de los nuevos yogures ha evolucionado drásticamente, mientras las marcas se esfuerzan por encontrar el “próximo yogur griego”, en especial aquellas que subestimaron el impacto del yogur griego en el mercado y no quieren dejar pasar el próximo tren del éxito.
El mercado estadounidense de yogures está apostando por productos más naturales. En el periodo interanual finalizado en junio de 2017, poco más de la mitad de las nuevas referencias de yogur (53%) presentaban un bajo contenido en materia grasa, frente a las tres cuartas partes (73%) de los yogures lanzados tres años antes. Las marcas también están haciendo hincapié en sus características naturales como productos exentos de hormonas, transgénicos, aditivos/conservantes, y con la calificación de alimentos ecológicos. El alto contenido proteico -que contribuyó considerablemente al éxito del yogur griego- ahora ha pasado a segundo plano en la comercialización de nuevos yogures. En el periodo interanual finalizado en junio de 2017, menos del 5% de las nuevas referencias de yogur se presentaron como productos ricos en proteínas, frente al 15% registrado tres años atrás.
Los fabricantes buscan recuperar las raíces del yogur, haciendo valer el lema de Mintel “Confianza en la tradición”, que defiende la búsqueda de la seguridad en las formulaciones, sabores y formatos de toda la vida por parte de los consumidores.
China apuesta por la innovación en proteínas y fermentación
Mientras EE.UU. abandona la moda del yogur griego, su popularidad crece rápidamente en China. El yogur griego es un producto relativamente nuevo en China, que hasta hace poco solo ofertaban algunas marcas poco conocidas, hasta que ha atraído el interés de un gran fabricante, como Bright Food, que en noviembre de 2017 lanzó yoGreek. Es probable que este lanzamiento acerque el yogur griego a un rango más amplio de consumidores.
El alto contenido proteico del yogur griego supone un gran reclamo para los consumidores chinos. Se le identifica como un referente de alta gama y un indicador de calidad alimentaria, hasta el punto de que el 32% de los consumidores chinos pagarían más por un producto rico en proteínas. Como consecuencia de ello, el contenido de proteínas del yogur en China se ha incrementado desde 3,02 g/100 g hasta 3,59 g/100 g entre el periodo interanual finalizado en febrero de 2016 y el finalizado en febrero de 2018. Las propiedades que los consumidores atribuyen al contenido de proteínas, como el poder energético, el desarrollo muscular y la saciedad, permitirían posicionar el producto como un alimento óptimo para la mejora del rendimiento deportivo. Lo cual enlaza perfectamente con la creciente preocupación por la salud física del mercado chino, cuyos consumidores se muestran cada vez más receptivos a los alimentos saludables y deportivos.
Europa: fortalecer la ética y la confianza
Muchas veces, la compra de yogures está condicionada por la costumbre, es decir por la lealtad hacia las marcas. Sin embargo, los consumidores tienen muchas opciones entre las que elegir. La dura competencia en el sector de yogures, en el contexto de la desconfianza de los consumidores hacia la industria de alimentación y bebidas, ha llevado a los fabricantes de yogur a esforzarse por conseguir o reforzar la fidelidad del consumidor. Actualmente, los consumidores europeos adolecen de falta de compromiso y confianza: un 62% de los consumidores españoles piensan que las empresas se preocupan más por obtener beneficios que por fabricar alimentos y bebidas de calidad, mientras que la mitad de los consumidores franceses demuestran más confianza en las pequeñas empresas que en las grandes corporaciones.
Además, el auge de los productos lácteos vegetales está atrayendo la atención de los consumidores hacia el impacto medioambiental de la producción láctea. Un 30% de los consumidores de leche “Millennials” británicos creen que la producción lechera tiene un impacto negativo para el medio ambiente, y el 38% de los consumidores alemanes de entre 25 y 34 años opinan que el yogur vegetal es menos perjudicial para el entorno que el yogur lácteo.
Sin embargo, las marcas de productos lácteos no son las únicas que deben demostrar su compromiso ético. A medida que la preocupación por la sostenibilidad aumenta entre los consumidores, las marcas de productos lácteos vegetales tampoco escapan al escrutinio. Durante los últimos años, las marcas lácteas han optado por la transparencia en torno a la procedencia de la leche, utilizando producción lechera local, y mostrando información sobre los ganaderos y las reses. Asimismo, las marcas de productos vegetales deberán detallar el origen geográfico de sus ingredientes y prestar atención a la trazabilidad y la transparencia. El hecho de declarar la procedencia de los ingredientes en el envase demuestra un control respecto al origen de los mismos. Esto puede atenuar la preocupación de los consumidores por la presencia de ingredientes ocultos. En general, los consumidores europeos son más proclives a confiar en un alimento o bebida si el envase explica el origen de los ingredientes.