La inesperada crisis del Covid-19 ha golpeado con contundencia al sector de masas congeladas. En su etapa inicial, comprendida entre marzo y mayo, el impacto en el descenso de ventas se cuantificaba en una horquilla de entre el 35% y el 40%. El cierre del canal horeca, la modificación de hábitos de consumo en un contexto de drástica reducción de las salidas para hacer la compra y la alteración en la percepción de seguridad del producto marcaron principalmente los primeros meses de la crisis. A día de hoy vemos como la distribución organizada y el canal tradicional se acercan ya a una práctica normalidad, si bien el canal de la restauración sigue sufriendo, muy lejos de sus cifras habituales. En este contexto, podemos afirmar que el sector ha continuado haciendo sus deberes, dirigidos principalmente a potenciar la eficiencia y la automatización de su producción, a mejorar los ratios de servicio y sostenibilidad en su operativa y a continuar trabajando en el campo de la innovación de producto.