Tras un primer trimestre afectado por las restricciones de movilidad y, especialmente, por los efectos de una demanda irregular en el canal foodservice, desde el sector se traslada la mejoría del comportamiento de las ventas en el segundo trimestre, que ha empujado la facturación del grueso del negocio en el entorno de los dos dígitos. La foto se completa con el determinante impacto sobre los costes de producción que está teniendo la escalada de los precios de las materias primas, consumibles y energía, en un contexto difícil para repercutir estos incrementos en las tarifas. En este marco, los operadores mantienen una vitalidad notable, a la espera de una recuperación consistente que debería llegar durante el próximo 2022.