Codorníu ha decidido finalmente el traslado de su sede social de Esplugues de Llobregat, en Barcelona, a La Rioja, donde opera una de sus filiales, Bodegas Bilbaínas. Esta decisión viene motivada, según la compañía, por "la situación de incertidumbre política y jurídica en la que se encuentra sumida Cataluña y con el objetivo de garantizar los intereses de sus trabajadores y clientes".
El grupo vitivinícola ya se había visto obligado a emitir un comunicado días atrás subrayando su condición de "empresa catalana y también española" y desvinculándose del proceso independentista. Codorníu señaló entonces "queremos repetir bien claro que nosotros no hacemos política, ni queremos ni nos corresponde".
La compañía ha indicado que mantendrá, no obstante, la estructura operativa de producción de todas sus bodegas y sus empleados. En concreto, Codorníu cuenta con centros productivos en las localidades barcelonesas de Sant Sadurní D'Anoia (donde dispone además de un centro logístico) y Sant Esteve de Sesrovires y en la oscense de Belver de Cinca. Además, participa en la bodega leridana Raimat; en la tarraconense Cellers Scala Dei; en la vallisoletana Legaris y en la riojana Bodegas Bilbaínas; y dispone de sendas bodegas en Argentina y EE.UU.
Por su parte, el otro gran gigante del cava, Freixenet, decidirá a finales de mes si traslada también su sede social fuera de Cataluña.
Se trata de las primeras compañías vitivinícolas españolas que reaccionan ante el proceso independentista, como ya hicieran antes grupos de alimentación y bebidas como Idilia Foods, San Miguel y Bimbo, que han trasladado su sede social a Valencia, Málaga y Madrid, respectivamente.