El rumbo que adopte la política comercial de Estados Unidos una vez que su nuevo presidente, Donald Trump, jure su cargo es una incógnita. Pero si las promesas electorales sirven como pista de lo que puede suceder, la nueva administración norteamericana modificará la que ha sido su posición en los últimos años, aparcando el proyecto del TTIP (Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones) para impulsar unas políticas más proteccionistas.
Desde el punto de vista de la industria alimentaria, Estados Unidos ha sido uno de los mercados que más han crecido para las exportaciones españolas. En 2015, las ventas de alimentos y bebidas españolas ascendieron por encima de los 1.460 M€, situándose como el séptimo destino de las exportaciones alimentarias nacionales y el primer socio extracomunitario.
Tres son las principales productos exportados a EEUU: aceite de oliva (289 M€ en 2015), vino (288 M) y conservas vegetales (270 M). Todas las demás partidas están por debajo de los 100 M€, destacando los productos lácteos (86 M) , pescados (70 M) y frutos secos (65 M).
El crecimiento de las exportaciones españolas a Estados Unidos ha sido del 57% en los últimos cuatro años, mientras que en el caso de las importaciones, el avance casi llega al 100% en el mismo periodo (dos tercios de las compras españolas corresponden a frutos secos). Con todo, el saldo comercial es favorable a España en 345 M€.
A esta cifra habría que añadir el producto que llega a Estados Unidos procedente de terceros países con los que tiene firmado un Tratado de Libre Comercio, como el NATFA con Canadá y México o el CAFTA con los países de América Central y República Dominicana. Compañías como Natra y Cascajares cuentan con instalaciones industriales en Canadá, parte de cuya producción se destina a Estados Unidos. Algo parecido sucede en el sector conservero con Calvo, cuya filial en El Salvador destina parte de su producción también a Estados Unidos, o en el aceitero, con las instalaciones de Maeva en México..
La compañía que goza de una mayor implantación en el mercado estadounidense es Ebro Foods, a través de sus divisiones de arroz y de pasta. La primera, cuya cabecera es la estadounidense Riviana cuenta con fábricas en Tenesse, Texas y Arkansas, y una cuota en retail del 22,4%. En pasta, New World Pasta, tiene instalaciones en Fresno (California), Saint Louis (Missouri) y Winchester (Virginia), con una cuota del 19,4% (volumen).
También destaca la presencia marquista de Deoleo, a través de la enseña 'Bertolli' (marca italiana, aunque parte de su envasado se realiza en España). La compañía aceitera ha designado Estados Unidos como el mercado prioritario en su nuevo plan estratégico, aunque para ello tendrá que competir con otras empresas españolas con importante presencia en Estados Unidos, como Borges o DCoop. Esta última, ha firmado una alianza con la local Pompeian, que ha incluido el cruce de participaciones en las sociedades que operan sus respectivas redes industriales.
En aceituna de mesa, la cooperativa Agro Sevilla y Grupo Ángel Camacho cuentan con años de presencia en el país. En el caso de la cooperativa sevillana, realiza cerca del 20% de su facturación en Estados Unidos, mientras que Ángel Camacho comercializa allí unas 15.000 t de aceituna anuales.
La nómina de compañías implantadas industrialmente en Estados Unidos se completa con compañías como Europastry, Pescanova, Viscofan, Espuña, Grupo Reina...
Otra puerta de entrada al mercado estadounidense que ha sido explorada por distintos operadores españoles es la firma de acuerdos para proveer, normalmente bajo la fórmula de MDD, a cadenas de distribución. La nómina de proveedores españoles de WalMart incluye compañías como J. García Carrión, DCoop, Reina, Cárnicas Villar, Farga o Gourmet. Las tres primeras son, de igual manera proveedores de Costco.