Mientras el Ministerio de Agricultura prepara ya un borrador de una normativa sobre trazabilidad en aceite de oliva, la Asociación Nacional de Embotelladores de Aceites Comestibles (ANIERAC) y la Asociación de Exportadores (ASOLIVA) denuncian la "indefensión que sufren los envasadores y exportadores por la subjetividad del método panel-test, obligatorio a nivel europeo, ante la creciente presión por parte de la Administración. En uno de cada cuatro lotes de aceite analizados se han encontrado discrepancias en la valoraciones por parte de los paneles oficiales de cata , según un estudio realizado por estas asociaciones", se indica.
Así, ANIERAC y ASOLIVA aconsejan a sus asociados la solicitud a sus proveedores de un certificado acreditativo de la calidad del aceite que les venden. "Este documento deberá recoger que las partidas se han sometido a una valoración fisicoquímica y organolépica, por medio de un laboratorio y un panel de cata autorizados, respectivamente. Además, ese certificado tendrá una antigüedad no superior a los tres meses". En definitiva, dichas organizaciones persiguen salvaguardar a embotelladores y exportadores, pues "es responsabilidad legal de los mismos garantizar a los consumidores que el producto que envasan y comercializan corresponde con las características indicadas en el etiquetado. Además, esos consejos son una forma para asegurar la trazabilidad en todas las etapas de la cadena, cumpliendo la Ley de Seguridad Alimentaria". En relación a esa normativa, ANIERAC y ASOLIVA, señalan "la excesiva responsabilidad que recae en envasadores y exportadores y exigen que las relaciones comerciales se rijan por los principios de equilibrio y equitativa distribución de riesgos y responsabilidades".
Además, las dos organizaciones recalcan que el aceite de oliva virgen y virgen extra son los únicos productos agroalimentarios legalmente requeridos de una valoración organoléptica (olfativa y gustativa) para distinguir una de otra categoría . Pese a estar sujeto a un reglamento europeo y basada en un panel de catadores regulado por el Consejo Oleícola Internacionel (COI), "en la práctica, el panel-test ha demostrado que tiene serios problemas por variabilidad de resultados. Dicho de otro modo, un envasador etiqueta un aceite según la categoría determinada por un panel de catadores y, en una inspección posterior o en estudios realizados por asociaciones de consumidores, otro panel de cata puede dar un resultado totalmente diferente . La discrepancia en la valoración es motivo de sanción, según la legislación europea. Por esos, los industriales se encuentran con un problema importante de inseguridad jurídica y de subjetividad". En ese sentido, se enfatiza: "Las empresas envasadoras y exportadoras son las responsables del producto envasado hasta el final de su vida útil (fecha de consumo preferente)". Sin embargo, "hay que tener en cuenta que el aceite de oliva es un producto que puede perder algunas cualidades con el paso del tiempo", se apunta en alusión al tiempo y condiciones de conservación (temperatura, luz, etc.) del producto una vez entregado el aceite al cliente o distribuidor final.
"Esta variabilidad de resultados ha provocado, tanto en España como en otros países (EE.UU., China, Brasil, etc.), que tras unas catas realizadas a botellas compradas en lineales de distintos supermercados, se haya acusado de fraude al sector del aceite de oliva, cuando en realidad se trata de problemas de percepción organoléptica . Las consecuencias de calificar injustamente esta discrepancia como fraude perjudica de forma desproporcionada la imagen de los aceites de oliva y acarrea a la empresa un grave riesgo no sólo económico sino de imagen pública y prestigio".
Desde el líder mundial de aceite de oliva, Deoleo, miembro de ANIERAC, se ha mostrado también su inquietud por los problemas que acarrea el panel-test y la inexistencia en España de una norma específica de trazabilidad en aceite de oliva. "En Italia hay un modelo de trazabilidad, pero aquí no lo hay", declaraba Rosalia Portela , presidenta del grupo, en un encuentro con periodista el día dos de marzo. "No toda la responsabilidad de la trazabilidad puede recaer en el embotellador. Si yo -Deoleo u otro envasador- cumplo la trazabilidad, ahí debe terminar mi responsabilidad ", declaraba. Sin embargo, "existe mucha limitación, porque el aceite de oliva es un producto muy regulado". En cuanto al sistema panel-test, señalaba: "Es un problema a nivel europeo. Es un tema político y, por eso, difícil de eliminar. En las catas hay subjetividad".