Juan Martín Alonso, presidente de Mars Multisales Spain (con marcas como 'Mars', 'M&M's', 'Orbit', 'Sugus', 'Solano', 'Pedigree' o 'Whiskas'), ha querido en su intervención durante el Congreso Aecoc poner en relieve las políticas de responsabilidad social corporativa de las empresas de gran consumo, pues también inciden en una mejora de su competitividad. "Ninguno de los que estamos aquí somos una ONG. Esto no es una 'maría'. La RSC es una parte ineludible para abordar cómo se puede generar valor económico en la empresa."
Alonso, a la hora de reconocer por qué se acometen estas políticas de responsabilidad, ha resaltado claramente la posibilidad de obtener rentabilidad con ellas. Así, ha revelado que su compañía se ha comprometido a realizar, durante la siguiente generación, una inversión de 1.000 M de dólares en proyectos de sostenibilidad. "La familia Mars cree que hay que dejar un legado positivo a la siguiente generación", ha remarcado.
Esta estrategia se basará en tres pilares. Por un lado, bajo el concepto de ayudar a mantener un planeta sano y reducir el impacto medioambiental, la compañía se compromete a que, en 2050, en todos sus procesos se apliquen energías renovables. Asimismo, otra premisa es hacer una compra de materias primas sostenible, en conexión directa con el agricultor, teniendo en cuenta a los cerca de 1 M de personas que produce para ellos en todo el mundo, para conseguir mejoras para ambas partes y de forma responsable. Por último, de cara a una mejora de la calidad final del producto, además del cuidado de los ingredientes, Mars va a profundizar al máximo en la información del etiquetado de sus productos, mostrando una identificación completa de la formulación y de sus propiedades, ante un consumidor cada vez más exigente y que demanda respuestas a nuevas preguntas, relacionadas con la salud y el bienestar.
Y en todos estos pilares se identifican también beneficios económicos. Por un lado, las energías renovables tienden ya a a corto plazo a ser las más baratas. El trabajo directo con el productor agrícola, por una agricultura y un trato sostenibles, puede también mejorar los rendimientos (mencionó en el caso del cacao casos en los que se multiplicaba por cuatro la producción). Y atender la exigente demanda informativa del consumidor también redundará en una mejora de su percepción sobre la empresa.
"Competitividad y responsabilidad social tienen que ir de la mano. Si no, no tiene sentido", concluía Alonso.
Alonso, también aludió a otras cuestiones de responsabilidad social que de manera global atañen a las empresas de gran consumo, pues todas pueden aportar, teniendo en cuenta el importante impacto e influencia a su alcance.
"Hay una numerosísima pérdida de alimentos. Y la obesidad se está convirtiendo en un problema, mientras en otros países la gente se muere de hambre. Por ello, nuestra industria está bajo escrutinio", mencionaba Alonso.
"El acuerdo de París es absolutamente necesario. A pesar de ser una empresa americana, no tenemos que estar de acuerdo con nuestros políticos", señaló en referencia a Trump y a su retirada de esta alianza por la sostenibilidad y la reducción de los gases de efecto invernadero.
"Todos tenemos responsabilidad en mejorar la situación. Queremos crecer pero no de cualquier manera. De un modo en que los trabajadores y clientes se sientan orgullosos de nuestros valores", concluía Alonso, que finalmente se mostró dispuesto a compartir los planes de RSC de Mars con otras compañías y, en particular, las pymes, pues ya lleva a cabo algunas actuaciones con grandes corporaciones como Ebro y Danone.