La firma de private equity Ardian ha cerrado la adquisición de las elaboradoras de masas congeladas Berlys Corporación y Bellsolà, hasta la fecha participadas por los fondos Alantra y Artá Capital en el caso de Berlys, y por Landon Grupo en el de Bellsolà. En este último caso, según se ha comunicado, Landon va a permanecer en el accionariado de la panificadora con sede en Aiguaviva (Girona) con una participación minoritaria. Ambas operaciones, pendientes todavía de la autorización de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), se cerrarán definitivamente a lo largo del primer trimestre de 2018, momento en el que las elaboradas de masas darán inicio a su integración industrial y comercial, que estará liderada por Julio Muñoz, hasta el momento presidente de Berlys, que desempeñará idénticas funciones en la nueva empresa, y por Bosco Fonts, que ocupará la dirección general, tal y como viene haciendo en Belsollà. La compra de Berlys se ha valorado en el entorno de los 450/500 M€, mientras la adquisición de Bellsolà se valora en alrededor de 150 M€.
La compañía resultante de la próxima fusión entre Berlys, tercer operador sectorial en volumen, y Bellsolà, quinto, se situará por escaso margen como segundo operador del sector de masas en volumen, declarando un agregado de 189.000 t comercializadas en 2016, por las 186.000 t que puso en el mercado Grupo Panstar. En términos económicos, el nuevo operador parte de un agregado 2016 en facturación de 291,2 M€, muy superior a los222 M€ de Panstar. En cuanto al análisis del Ebitda, Berlys aportaría un resultado de50 M€, por los 15 M€ registrados por Bellsolà.
La nueva sociedad parte con unos activos industriales integrados por las 10 instalaciones productivas que aporta Berlys Corporación, localizadas en Mutilva Baja, Tafalla y Tajonar (todas en Navarra), Alicante, Noblejas (Toledo), Palma de Mallorca, Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, a las que se suman las dos plantas de producción que explota Bellsolà, localizadas en Aiguaviva (Girona) y Alalpardo (Madrid), esta última procedente de la compra en mayo de 2015 de los activos procedentes de la extinta Adipan Aditivos Para Panificación (‘Orio’). A esta estructura industrial hay que sumar las 22 delegaciones comerciales propias que explota Berlys a lo largo de la Península Ibérica.
Desde la firma de private equity Ardian, se señala la complementariedad de las estructuras comerciales e industriales de ambas compañías. En este sentido, durante los próximos meses asistiremos con seguridad a diferentes movimientos encaminados hacia la especialización productiva del nuevo parque industrial, así como al necesario reajuste de las estructuras comerciales. En el caso de Berlys, su principal fuerza de ventas se sitúa en el canal tradicional, que incluye su red de tiendas propias, generando el 58% de su facturación, por un 22% de la distribución organizada, todo ello sobre una segmentación de producto donde el pan genera el 67% de sus ventas, por un 31% de la bollería. Bellsolà, por su parte, genera más del 40% de sus ventas a través de las cadenas del retal, mientras el canal tradicional tiene un peso de alrededor del 45% en sus ventas. En su caso, el pan mantiene un peso cercano al 90% en su facturación.
Con su paso a manos de la firma francesa de private equity Ardian, Berlys cierra una etapa de siete años que daba inicio en octubre de 2010 con el anuncio de la compra de una participación mayoritaria de la compañía por parte de Mercapital, lo qe suponía el inicio del repliege en el accionariado de las familias fundadoras de la entonces conocido como Grupo Panasa. Durante estos siete año, Berlys ha experimentado una potente transfromación organizativa, que se materializaba en 2013 con la presentación de la nueva estructura encabezada por Berlys Corporación Alimentaria. Igualmente, la compañía ha vivido varios cambios de rumbo en su estrategia operativa, así como en los equipos de gestión, hasta la llegada a mediados de 2015 del actual equipo directivo, que ha tenido como prioridad en esta última etapa el desarrollo industrial y de la rentabilidad, conviviendo prácticamente desde su llegada con los incesantes rumores sobre la venta de la compañía.
Los principales hitos registrados durante estos años han sido la expansión de la firma en el ámbito nacional, con operaciones destacadas en el mercado balear, donde cerraba la compra del 100% de la compañía balear Pan Hispano; en el mercado canario, donde progresivamente alcanzaba el control de los activos de la extinta Panificadora José Sánchez Peñate; o la más reciente adquisición de una participación mayoritaria en el capital de la gallega Berlypan. Por otro lado, hay que destacar el notable dinamismo mostrado en el crecimiento de su división de bakery coffee, en la que cuenta con un número superior a 220 establecimientos. En el debe hay que apuntar el fracaso en su política de expansión fuera de nuestras fronteras, una de las prioridades marcadas en el inicio de aquella nueva etapa en 2010 y que finalmente no se ha visto materializado, alcanzando actualmente un porcentaje de exportaciones en sus ventas de apenas un 6%. Durante este periodo, las ventas de Berlys han mostrado mayor linealidad que las de sus rivales más directos en el sector, pasando de los 209,7 M€ registrados en 2009 a los actuales 226 M€ con que cerró 2016, con una progresión global en esos siete años del 7,8%.
Por su parte, Bellsolà vive una de las etapas más brillantes en su serie histórica. Quizás el punto de inflexión en esta etapa se encuentre en el cierre del ejercicio 2014, cuando la elaboradora de masas congeladas lograba alcanzar el equilibrio en sus estados financieros, lo que suponía un hito en una trayectoria jalonada de números rojos en la última década. Ya a mediados de 2015, Bellsolà volvía a los titulares del sector tras imponerse en la puja por los activos de Adipan Aditivos Para Panificación. Hace apenas dos meses, desde la dirección de Bellsolà se valoraba el próximo cierre del ejercicio 2017 apuntando a la continuidad en el crecimiento registrado en 2016, a través principalmente de la integración en sus cuentas de la unidad productiva de Orio Tradición.
La compañía adelantaba un crecimiento en su volumen comercializado del 11%, con lo que superaría las 60.000 t en el mercado, apuntando también un crecimiento en su cifra de negocio del 3,8%, para alcanzar los 67,7 M€. Según los datos ofrecidos por la compañía, la actividad de Orio Tradición generó ya en 2016 unas ventas generadas de 10,3 M€. Esta cifra, unida el crecimiento orgánico en las ventas de la compañía, impulsaron su facturación al cierre de 2016 en un 30%, hasta los citados 65,2 M€.