Uvesa, uno de los principales grupos productores de carne de pollo, y Termoformas de Levante, especializada en fabricar envases termoconformados para el sector de la alimentación, trabajan en el desarrollo de una bandeja generadora de CO2 que aumenta la vida útil del pollo envasado. Dicha investigación, financiada por la AVI (Agencia Valenciana de la Innovación) y en el que colaboran ITENE e IATA-CSIC, permitirá reducir los costes de envasado, mantener el buen aspecto del producto más tiempo y disminuir el uso de materiales plásticos, ayudando con ello a la sostenibilidad en términos de reducción del desperdicio alimentario y de los plásticos en la industria alimentaria.
La carne de pollo, una de las más consumidas mundialmente, cuenta con el hándicap de que no suele durar en buen estado más de 7-9 días si se mantiene envasada y bajo control estricto de refrigeración, debiéndose además de consumir en las 24 horas siguientes a la apertura del envase. Ante este desafío, la investigación de Uvesa y Termoformas de Levante se encamina hacia el desarrollo de una badeja que genere CO2 y corrija alguna de las deficiencias del actual sistema de envasado a partir de atmósfera protectora. Según el estudio, la atmósfera modificada presenta una serie de inconvenientes, como la tendencia del CO2 a solubilizarse en los alimentos, lo cual da lugar a un posible colapso del envase; la pérdida del CO2 y su efecto conservador una vez que el envase es abierto; o altos exudados de la carne al haber demasiado CO2 en el interior del mismo, lo afecta negativamente al aspecto del producto. Por ello, la nueva bandeja tendrá sistemas emisores de CO2 que permitan generar la atmósfera deseada en el interior del envase sin la necesidad de incorporar la mezcla de gases en el momento de envasado.
El prototipo, que se encuentra en fase piloto, ofrecerá asimismo una reducción de costes con respecto a la tecnología actual de amósfera protectora, debido al ahorro en inversión de maquinaria e instalaciones complejas, gases de alta pureza, mantenimiento de líneas de envasado y eliminación de la almohadilla de celulosa de las bandejas actuales. Se logrará, además, un aumento de la velocidad de envasado y, por lo tanto, mayor productividad.
Por otra parte, se mejorará la apariencia del alimento envasado, al no haber exudado presente, debido a que la nueva bandeja recoge el exudado en un compartimento situado debajo de la carne de pollo envasada. Además, eliminará materiales complejos que empleen multicapas (por ejemplo, films coextruidos con poliolefinas y EVOH usados habitualmente en los films tapa de las bandejas de ave) y ayuda a reducir los espesores de las bandejas con lo que, por tanto, se usa menos cantidad de plástico por envase.
El trabajo de Uvesa y Termoformas de Levante no es el único emprendida en los últimos años en el sector de la carne de pollo, en particular, y los alimentos frescos, en general, con objetivo de alargar su caducidad y reducir el consumo de plásticos. Igualmente apoyada por Itene, existe el proyecto ‘Chickenpack', que ha desarrollado un envase antimicrobiano para garantizar la seguridad microbiológica de la carne de pollo frente a la bacteria Campylobacter. En la misma línea, ya a principios de esta década se desarrolló el proyecto europeo 'Nafispack', que buscaba envases activos antimicrobianos y envases inteligentes, para alargar la vida útil de los alimentos frescos. Y, dos años después, la propia Termoformas de Levante colaboraba de nuevo con Itene para desarrollar envases a base de fibras de lino y cáñamo.
Mientras Aimplas, Instituto Tecnológico del Plástico, coordina el proyecto ‘Refucoat’, iniciado en 2017 y con el objetivo de obtener un envase basado en biopolímeros y recubrimientos barrera al agua y al oxígeno, que sustituirá a los empleados actualmente en el envasado de alimentos en forma de películas y bandeja.