El consumo de alimentos en los hogares españoles cayó un 0,7% en 2011 y acumula un descenso del 4,7% en los tres últimos ejercicios, según datos aportados por el MAGRAMA. Mientras, el gasto repuntó un 0,6% el pasado año, hasta un total de 67.520 M€ y para una media de 1.471 €/persona, rompiendo así la tendencia a la baja de los dos ejercicios precedentes, consecuencia de una subida de los precios de los alimentos del 1,3% en 2011.
Por tipo de productos, los frescos representan el 45,8% del prespuesto en alimentación de los hogares españoles (pese a sufrir una caída del -0,2%) y el 42,4% del volumen total consumido (tras descender un -0,5%). Mientras, por categorías, los productos cárnicos absorben la mayor parte del citado presupuesto, mientras que los lácteos lideran el consumo en volumen.
En el caso concreto de la carne, el consumo experimentó un leve descenso en volumen del 0,6% el pasado ejercicio, con caídas generalizadas en todos los segmentos (salvo las carnes menos populares, como pavo, avestruz y otras aves), aunque especialmente en lo referido a ovino/caprino (-6,4%). Destaca, asimismo, el notable incremento del volumen de ventas de carne congelada (+14,2%), frente al descenso de la carne fresca (-1,4%).
En lo referido al pescado, su consumo descendió en conjunto un -1,9% el pasado año, con caídas del -1,6% en lo referido tanto a producto fresco, como congelado. Sólo evolucionaron de forma positiva las conservas de pescado (+1,8%) y los mariscos congelados, con un leve incremento del +0,6%.
El consumo de fruta fresca en los hogares españoles también experimentó un retroceso, en este caso del -0,8%, el pasado año. No obstante, las variedades estacionales, especialmente las frutas de verano, rompieron esta tendencia, con un incremento muy notable en el caso de las cerezas (+20,4%).
Por el contrario, el consumo de hortalizas frescas creció un 3,7% en conjunto en 2011, con destacados repuntes en el caso de los espárragos (+10,1%) y calabacín (+10,0%). En cambio, el volumen de patatas frescas cayó un -3,9%, el mayor descenso dentro de esta categoría.
El consumo de aceite también experimento un leve retroceso del -0,7% el pasado ejercicio, consecuencia principalmente de la caída del volumen de aceite de girasol (-4,3%). Mientras el aceite de oliva sufrió un descenso en conjunto del 0,7%, lastrado por la caída del consumo de aceite de oliva virgen (-1,7%).
En lo referido al consumo de bebidas en los hogares españoles durante 2011, también experimentó un descenso en conjunto, si bien categorías como la cerveza, las bebidas refrescantes y gaseosas crecieron en volumen. Por contra, el consumo de vinos y espumosos cayó un -1,8%, con la excepción de los vinos espumosos y cava, que crecieron un 6,5%.
En cuanto a los hábitos de consumo de los españoles, supermercados y tiendas descuento representan el principal canal a la hora de hacer la compra, con una cuota del 42% en términos de volumen. En cambio, las tiendas tradicionales siguen siendo el canal preferido a la hora de adquirir alimentos frescos y acaparan un 30,7% del volumen total vendido en 2011, porcentaje similar al ejercicio anterior.
Por otro lado, los consumidores siguen considerando la calidad del producto como principal factor en la elección del establecimiento de compra, aunque el precio continúa ganando terreno y un 59,3% consideró esta variable como "importante", frente al 34% de 2007.
En este sentido, la MDD sigue creciendo en volumen y valor, hasta el punto que un 92% de los consumidores sondeados por el MAGRAMA declaró comprar algún producto con marca de distribuidor. Por segmentos, los productos con mayor cuota de MDD en términos de volumen son cereales (76,3%), aceite de girasol (76,1%), bollería salada (70,3%), pastas alimenticias (68,8%) y conservas de pescado (68%). Mientras, bebidas refrescantes (29,9%), vinos (30%) y quesos (35,6%) son las principales categorías de alimentos con menor penetración de la marca de distribuidor en volumen.
Finalmente, por hogares, el estudio presentado por el MAGRAMA revela que las parejas con hijos menores de 6 años disminuyeron su consumo de alimentos un -5% en 2011, hasta 464 kg/l por persona, y las parejas con hijos de entre 6 y 15 años consumieron un 7% menos, hasta 549 kg/l por persona. Mientras, los jubilados alcanzaron un consumo per cápita de 957 kg/l por persona y año, con un incremento del +3% respecto a 2010.