Hacia afuera o hacia adentro
La principal amenaza para los fabricantes de conservas es la posibilidad de que el envasador escuche los cantos de sirena que provienen de los sectores del packaging plástico y flexible y opten por otros sistemas alejados del vidrio y el metal, una opción que no es nada improbable y que gana enteros a medida que mejoran las posibilidades técnicas de envasado de la conserva (por ahora lejos de los materiales tradicionales) y sobre todo en la medida en que permiten al producto destacar en el lineal, que es donde se libra la batalla por el consumidor.
El ejercicio que se ha cerrado ha sido de consolidación de los mercados exteriores para empresas como Fishbam (que destinará este año unos 200.000 € a labores de I+D), Hermasa (que eleva sus ingresos por este concepto a un 96%), Sommetrade (un 95% de sus ventas) o Maquinaria Ferlo, pero la profundización en la exportación no ha sido necesariamente la norma, ya que otras compañías, como Maquinaria Conservera del Segura, Talleres Etayo Jiménez o Herfraga, han aprovechado las oportunidades que han surgido en el mercado español.