Como estaba previsto, el protagonismo absoluto el pasado año fue para los mercados exteriores. No fue inesperado dado el panorama nacional, que aparte de los efectos de la consabida crisis se enfrenta a un problema particular como es el hecho de la escasez de materia prima e incluso el encarecimiento de los envases, aunque este último aspecto parece estar más moderado tras la investigación iniciada hace unos años por las autoridades de Competencia españolas. El resultado ha sido el de subidas de precios en el mercado interno en un momento de clara recesión, con la consiguiente profundización en el descenso del consumo.
Los envasadores han optado por una doble vía consistente en exportar el producto más básico al exterior al tiempo que en el interior se intenta innovar con nuevos productos tales como ensaladas o platos preparados, una oportunidad bastante buena para los fabricantes de maquinaria a la hora de presentar sus novedades. Pero, sin duda, las grandes opciones del sector pasan por crecer en el exterior y precisamente en esta línea se va.
Hacia afuera o hacia adentro
La principal amenaza para los fabricantes de conservas es la posibilidad de que el envasador escuche los cantos de sirena que provienen de los sectores del packaging plástico y flexible y opten por otros sistemas alejados del vidrio y el metal, una opción que no es nada improbable y que gana enteros a medida que mejoran las posibilidades técnicas de envasado de la conserva (por ahora lejos de los materiales tradicionales) y sobre todo en la medida en que permiten al producto destacar en el lineal, que es donde se libra la batalla por el consumidor.
El ejercicio que se ha cerrado ha sido de consolidación de los mercados exteriores para empresas como Fishbam (que destinará este año unos 200.000 € a labores de I+D), Hermasa (que eleva sus ingresos por este concepto a un 96%), Sommetrade (un 95% de sus ventas) o Maquinaria Ferlo, pero la profundización en la exportación no ha sido necesariamente la norma, ya que otras compañías, como Maquinaria Conservera del Segura, Talleres Etayo Jiménez o Herfraga, han aprovechado las oportunidades que han surgido en el mercado español.
Estrenando instalaciones
La intención de las compañías para los próximos ejercicios está claramente orientada al crecimiento, para lo que se se siguen programando inversiones productivas y nuevos lanzamientos. La navarra Emerito anunció el pasado año la ejecución de una inversión para ampliar sus instalaciones, pero finalmente optó por adquirir una planta ya construida elevando su superficie útil de 1.830 m2 hasta unos 3.500 m2. A esto se suma la construcción de unas nuevas oficinas, que añadirán unos 200 m2 adicionales. Asimismo, la compañía estaba en negociaciones para nombrar una representante comercial en el mercado estadounidense, con objeto de incrementar su presencia en este área geográfica. Por su parte, Montajes Conserveros de Galicia trasladó en abril de este mismo año sus instalaciones de Mos a Porriño, donde cuenta con instalaciones de 1.400 m2. Asimismo, este año presentó dos nuevos modelos de cerradoras, la ‘R-430’ (para bote redondo con cuatro cabezales para formatos de 50 mm a 160 mm) y la ‘F-108’ (para cerrado de latas irregulares).
Otra compañía que ha dado a conocer sus últimas novedades en el mercado español es Hijos de José María Marrodán, firma muy volcada en los últimos años hacia el campo de los platos preparados, entre las que destaca un nuevo equipo de escurrido de envases cerrados. La compañía también dio a conocer a lo largo de la Hispack su nueva autoclave para el sector del catering, la gama ‘A0507’, un equipo específicamente diseñado para la elaboración de platos preparados para ritmos de producción medios con la posibilidad de realizar cambios de formatos; y ‘Vector’, otro autoclave preparado para grandes producciones.