El Bisfenol A, cada vez más preocupante
Sin embargo, el sector tiene grandes amenazas en el horizonte. La deriva de los precios de los materiales (en una industria en la que los márgenes son cada vez más ridículos), especialmente en hojalata y aluminio, y el sombrío panorama legislativo en Europa (con la prohibición del Bisfenol A, y por ende del envasado metálico, en Francia), hacen temer una severa crisis a la vuelta de la esquina. Lo que empezó como una serie de movimientos orquestados desde asociaciones de consumidores alertando de posibles efectos para la salud (primero de recién nacidos y luego de todos los consumidores) con respecto a este compuesto se ha convertido en un incendio al que los sucesivos estudios (que dejan claro que es un material con riesgos pero no en las proporciones que se encuentran en los alimentos) no han conseguido sofocar.
La EFSA (Agecia Europea de Seguridad Alimentaria en sus siglas en inglés) ha prometido un último informe para finales de este año que espera zanje la cuestión de una forma definitiva, pero a medida que la alarma se extiende en mercados muy desarrollados (Norteamérica, países nórdicos, etc.) parece improbable que la cuestión quede definitivamente resuelta. En cualquier caso, la temida regulación francesa es ya una realidad y en 2015, si no se remedia antes, los envases con este compuesto deben ser eliminados de la venta al público.