¿Hay alternativas?
Fabricantes de equipos de envasado en flexible, plástico e incluso cartón complejo llevan años suspirando por su trozo del pastel dentro de la industria conservera y la ocasión actual es inmejorable. Las soluciones que estos materiales ofrecen siguen sin convencer, pues la vida media de la conserva se reduce drásticamente frente a los más tradicionales, pero la tecnología mejora y el consumidor es menos exigente a ese respecto (por no hablar de que conceptos como la huella de carbono cada vez pesan más a la hora de hacer la lista de la compra). La amenaza por ahora es eso, pero el cambio de tendencia es realmente posible y no está claro cómo reaccionaría la industria de la maquinaria.
La apuesta por ahora, como se indica, es la exportación y está dando resultados. Firmas como Maquinaria Ferlo, que obtiene un 91% de sus ingresos por este concepto, Sommetrade (el 95% del total facturado) o Herfraga, que oscila cada año entre un 30% y un 40% de sus ventas por este concepto), son ejemplos notables, pero hay más casos de empresas que ha mostrado un comportamiento especialmente bueno el pasado año. La navarra Emérito elevó sus ventas un 42% después de que la exportación creciera más de un 50% (de 1 M€ a 1,55 M€). La compañía creó hace unos meses la enseña ‘CFL’ (Canning Food Lines) para el desarrollo de instalaciones llave en mano y ha montado sus primeros equipos completos en instalaciones de Reino Unido, Alemania y Portugal. Actualmente, está además en negociaciones para proveer de maquinaria especializada a una multinacional española, sin que haya trascendido su identidad. Por último, tiene previsto invertir a lo largo de 2013 un total de 250.000 € en mejoras de los medios productivos e informática.