Desde hace varios años, el principal sustento de un sector como el de conservas, que, como es el caso de las variedades de pescado, atraviesa su propia crisis además de la general, se basa en el mercado exterior. Mientras que el encarecimiento del producto nacional ha hecho que quede arrinconado en los lineales, el auge que está viviendo la industria conservera en países en vías de desarrollo ha supuesto un atractivo para casi todas las empresas de este sector que han visto una solución a la falta de proyectos nacionales. La tendencia se ha mantenido también en 2012 y parece que seguirá en 2013, aunque para el año actual los pedidos locales parece que han vuelto a surgir. Sigue siendo el sector de maquinaria para conservas un campo de vaivenes en el que no es posible hablar de buenas o malas rachas, ya que los proyectos marcan los ejercicios. La mayor parte de las compañías que protagonizan este segmento son capaces un año de crecer porcentajes desorbitados para el año siguiente caer de forma considerable sin que por ello se considere que hay una crisis.
El Bisfenol A, cada vez más preocupante
Sin embargo, el sector tiene grandes amenazas en el horizonte. La deriva de los precios de los materiales (en una industria en la que los márgenes son cada vez más ridículos), especialmente en hojalata y aluminio, y el sombrío panorama legislativo en Europa (con la prohibición del Bisfenol A, y por ende del envasado metálico, en Francia), hacen temer una severa crisis a la vuelta de la esquina. Lo que empezó como una serie de movimientos orquestados desde asociaciones de consumidores alertando de posibles efectos para la salud (primero de recién nacidos y luego de todos los consumidores) con respecto a este compuesto se ha convertido en un incendio al que los sucesivos estudios (que dejan claro que es un material con riesgos pero no en las proporciones que se encuentran en los alimentos) no han conseguido sofocar.
La EFSA (Agecia Europea de Seguridad Alimentaria en sus siglas en inglés) ha prometido un último informe para finales de este año que espera zanje la cuestión de una forma definitiva, pero a medida que la alarma se extiende en mercados muy desarrollados (Norteamérica, países nórdicos, etc.) parece improbable que la cuestión quede definitivamente resuelta. En cualquier caso, la temida regulación francesa es ya una realidad y en 2015, si no se remedia antes, los envases con este compuesto deben ser eliminados de la venta al público.
¿Hay alternativas?
Fabricantes de equipos de envasado en flexible, plástico e incluso cartón complejo llevan años suspirando por su trozo del pastel dentro de la industria conservera y la ocasión actual es inmejorable. Las soluciones que estos materiales ofrecen siguen sin convencer, pues la vida media de la conserva se reduce drásticamente frente a los más tradicionales, pero la tecnología mejora y el consumidor es menos exigente a ese respecto (por no hablar de que conceptos como la huella de carbono cada vez pesan más a la hora de hacer la lista de la compra). La amenaza por ahora es eso, pero el cambio de tendencia es realmente posible y no está claro cómo reaccionaría la industria de la maquinaria.
La apuesta por ahora, como se indica, es la exportación y está dando resultados. Firmas como Maquinaria Ferlo, que obtiene un 91% de sus ingresos por este concepto, Sommetrade (el 95% del total facturado) o Herfraga, que oscila cada año entre un 30% y un 40% de sus ventas por este concepto), son ejemplos notables, pero hay más casos de empresas que ha mostrado un comportamiento especialmente bueno el pasado año. La navarra Emérito elevó sus ventas un 42% después de que la exportación creciera más de un 50% (de 1 M€ a 1,55 M€). La compañía creó hace unos meses la enseña ‘CFL’ (Canning Food Lines) para el desarrollo de instalaciones llave en mano y ha montado sus primeros equipos completos en instalaciones de Reino Unido, Alemania y Portugal. Actualmente, está además en negociaciones para proveer de maquinaria especializada a una multinacional española, sin que haya trascendido su identidad. Por último, tiene previsto invertir a lo largo de 2013 un total de 250.000 € en mejoras de los medios productivos e informática.
Nuevos equipos para exportar
La murciana Maquinaria Conservera del Segura (Maconse), elevó sus exportaciones de 190.000 € a 500.000 €, las cuales fueron dirigidas a Europa y Latinoamérica. Además, está iniciando en 2013 sus primeras operaciones en el mercado africano. Montajes Conserveros de Galicia, de O Porriño (Pontevedra), ha fundamentado su crecimiento de 2012 en la exportación, que representa ya 2,5 M€ (1,8 M€ un año antes). La empresa presentó el pasado año su último equipo, la ‘R-645’, una línea de cerrado para envases redondos de 50 a 100 mm de diámetro y producciones de 450 a 500 botes/min, de la que ya ha vendido dos unidades en el extranjero. Asimismo, en clave nacional, ha equipado recientemente a una empresa con su modelo más rápido, la ‘F-640’.
Otra que también ha crecido y a la vez ha presentado novedades es Talleres Ezquerra Seamers, que tras subir la exportación un 27% hasta los 4,26 M dio a conocer dos nuevos equipos, la cerradora de latas ciclíndricas ‘Somme PE-2487’, de la que en el momento de ser presentada ya había vendido unidades en España, Perú y Venezuela; y la ‘Somme PE-6443 Vacuum’, un equipo cerrador para latas de forma rectangular que realiza vacío y está destinada a la industria cárnica (variedades luncheon meat y corned beef, consumidas en mercados extranjeros).
La pontenvedresa Hermanos Rodríguez Gómez (Hermasa), consiguió elevar sus ingresos totales en 2012 un 149%, de los cuales unos 8,9 M (4,42 M un año antes) correspondieron a exportaciones. Cabe mencionar por último el caso de Maquinaria Conservera Tomás Guillén, que cerró la pasada campaña con un incremento tanto de ventas como de exportaciones del 10%. La firma, que fabrica pero también rehabilita y comercializa equipos de ocasión, se hizo entre 2012 y 2013 con la maquinaria subastada de la conservera Bernardo Alfageme, correspondiente a sus plantas pontevedresas de Ribadumia, Vilaxoan, O Grove y Vigo.
Grupo HRG dice adiós
La que no ha corrido tanta suerte es otra compañía viguesa. Con un nombre que invita a la confusión con respecto a la empresa anterior pero con la que no guarda relación, Hermanos Rodríguez Gómez (Grupo HRG), esta firma entró en fase de liquidación a principios de este año, meses después de haber sido declarada en concurso voluntario por el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Pontevedra en septiembre de 2012. La empresa llegó a este estado habiendo antes cesado toda actividad productiva, incluida la de su filial Pescatech, en el mes de julio, debido a la falta de tesorería. Previamente, había abordado sendos ERE suspensivos por periodos de un año en 2010 y 2011 debido a la falta de carga de trabajo y a otras cuestiones financieras.