El sector del embotellado cerró en 2017 un periodo muy oscuro plagado de cierres de firmas emblemáticas e importantes cambios en la forma de trabajo. La crisis financiera tuvo un efecto muy directo en las industrias de referencia de este sector que rebotó con fuerza hasta que este año comenzaba un nuevo periodo turbulento, esta vez por motivos sanitarios. Como suele suceder en estos momento, surgen riesgos pero también oportunidades. El desplome de campos como los licores o el vino se ha visto parcialmente compensado con los pedidos que han llegado de negocios que no están sufriendo tanto el coronavirus, como los aceites; que están viviendo un boom, como el caso de los desinfectantes; o que directamente se han apoderado de espacios privilegiados en el lineal viniendo prácticamente de cero, como los higienizantes. Pese a los temores, la industria cuenta con herramientas para hacer frente al corto plazo, a la espera de que la situación se normalice y se retome al punto en el que nos econtrábamos hace un año. El informe recoge datos de las principales empresas de embotellado, grupos como Krones, KHS, Irundin, Gallardo, Ausere o Allué con datos sobre la evolución en ventas y exportaciones de estas compañías, así como su catálogo de productos.