Empresas que se arriesgan a fabricar lo que nadie fabrica. Esa sería realmente la definición de innovación, en tanto que refiere algo nuevo -puesto por primera vez en el mercado- en sentido estricto.
Desde ese planteamiento es fácil entender que el mayor número de innovaciones corresponda a mejoras en productos ya existentes, tanto en la formulación como en el packaging, incorporación de nuevos aromas o sistemas de dosificación que faciliten su uso.
Las propuestas basadas en esos criterios son, por tanto, las más habituales entre las empresas que operan en los principales sectores de la industria no alimentaria, tal como recoge el Informe 2024 sobre Innovación en No Alimentación.
Como viene siendo habitual, Perfumería / Higiene Personal aventaja en número de lanzamientos al resto (con más del 55 de la cuota), seguido de Limpieza / Cuidado del Hogar (34%). A continuación, Celulosa / Tisú y Bazar / Menaje.
Los tres primeros han sido responsables del escaso porcentaje que corresponde a los catalogados como “nuevos productos”: un 2,5% de las 160 presentaciones contabilizadas en 2023. Y comparten, entre sí, el atributo sostenible cuya relevancia, tal como recoge el citado informe, lo confirma como principal motor de innovación.
Otro movimiento que están dando algunas empresas en esta dirección es el desarrollo de programas de innovación abierta. Mediante ellos, se trabaja en colaboración con startups, universidades o centros tecnológicos, poniendo en común el conocimiento, por un lado, y la experiencia comercial y la posibilidad real de escalar el producto, por otro, con el fin de encontrar la auténtica diferenciación en el lineal.
El citado informe recopila ejemplos de este tipo de propuestas, muestra las “novedades” de producto (fabricante, marca e innovación que aporta) y otros desarrollos que contribuyen a entender hacia dónde camina cada uno de los principales sectores de la industria no alimentaria.