Pedro López Mena, fundador y CEO de la cadena de cocina temática brasileña Brasa y Leña, ha logrado con su compañía crear un nicho nuevo de la nada con un concepto de restauración organizada foráneo. Ahora, "somos líderes tanto en España como en Europa", afirma. La cadena, basada en un concepto de buffet de precio cerrado, cuenta actualmente con 26 establecimientos a nivel nacional y, precisamente, acaba de inaugurar un local propio en el C.C. 'Quadernillos', de Alcalá de Henares (Madrid). Facturó 20 M€ en 2016, a razón de 850.000 € por unidad, y con el plan de alcanzar 40 locales en el año 2020.
El concepto surgió en 2008 en un momento de crisis, en el que aprovecharon la situación para ocupar espacios dejados en centros comerciales. La crisis como oportunidad y aprovechar para ofrecer algo diferente al cliente. "Enseguida alcanzamos unas ventas por local similares a las de otras cadenas ya consolidadas", detalla López Mena, cuya vinculación familiar con una empresa cárnica y con Brasil en sus visitas de infancia influyeron decisivamente en la creación de la marca. Por su parte, "rápidamente vimos que el centro comercial era el marco ideal para abrir por su flujo de tráfico".
López Mena explica las que él denomina "las cuatro patas de la silla del cliente" o partes fundamentales de su negocio. Por un lado, ofrecer una buena relación calidad/precio, "pero buena para el cliente y también buena para la empresa", puesto que hay que equilibrar gastos e ingresos. Asimismo, es muy importante el servicio, claro que acorde con su modelo de negocio particular. En tercer lugar, es fundamental la imagen, siempre "relacionada con lo que queremos ofrecer al cliente". Y, en cuarto lugar, la ubicación debe ser excelente, con tráfico. "Nos equivocaremos a veces, pero es el objetivo".
Sobre el modelo de franquicia, el empresario se muestra precavido. Se trata de un sistema "bonito en apariencia, que permite importantes crecimientos, pero no es tanto así". "Puede que el franquiciado no desarrolle de forma igual tu negocio", justifica, recordando que "al principio externalizamos la gestión de nuestro modelo de franquicia, pero finalmente surgieron divergencias y decidimos recuperar el control". Desde entonces, "el crecimiento en franquicia lo hacemos de forma pausada, cuando lo tenemos muy claro".
Por otra parte, López Mena detecta cuatro posibles amenazas para el negocio. De un lado está la actual burbuja inmobiliaria, que confirma por los altos precios que se están pidiendo por ciertos locales. "Y debemos debemos decir 'no', porque no es cuestión de abrir para tener que cerrar al poco tiempo". En segundo lugar, menciona los nuevos hábitos alimentarios, distinguiendo los justificables de las meras modas. En tercer lugar, cita las fuertes inversiones extranjeras y desembarcos de competidores. Y, por último, el e-commerce, que afecta al tráfico en los centros comerciales.
Por encima de todo lo dicho, López Mena declara que "seguimos trabajando" en mejorar continuamente su modelo. Así, "en 2016 abrimos nuestro primer local a pie de calle, con un perfil diferente de cliente". Además, Brasa y Leña está haciendo importantes esfuerzos en los planes de formación laboral, defiende a los buenos profesionales como algo clave y detalla que está probando nuevos canales, como el delivery, y propuestas gastronómicas siempre complementarias.