El ramo industrial de ibérico vive una nueva fase de presión en los márgenes, derivada fundamentalmente del incremento de precio del 50% acumulado por la materia prima en los dos últimos años y del impulso de los tipos de interés. El traslado de los costes a los PVP de los elaborados curados se ha visto contenido por las existencias acumuladas, la competencia -acrecentada por el peso de los grandes grupos verticalizados- y la disminución de la renta familiar. Aún así, el sacrificio de cerdo ibérico bajo la Norma sectorial se incrementó un 1,5% en 2022 -al registrar 3,68 M de cabezas- y el sector está mostrando resistencia financiera y aprovechando las vías que suponen el canal horeca, las carnes, la exportación y el loncheado. La verticalización y la fortaleza industrial han consolidado como líderes a ElPozo y Vall Companys, grupo impulsado fundamentalmente por su negocio de carne, que completó la compra de Embutidos Rodríguez. Por su parte, Incarlopsa se sitúa como tercer operador en términos de ingresos, merced a su condición de proveedor de Mercadona, y está explorando otros mercados, y Osborne ('5 Jotas' y 'Sánchez Romero Carvajal') se ha afianzado gracias, en buena medida, a la comercialización exterior. La asociación empresarial está detrás de los tres mayores proyectos inversores llevados a cabo, a cargo de El Navazo (filial de los grupos Aljomar y Corral), Cibex y Maguisa, compañías con proyectos de entre 30 y 10 M€. Por su parte, Jaemsa -titular del cuarto matadero de porcino homologado en España para EE.UU.- va a dedicar 6 M€ a la ampliación de sus secaderos de Villar de Gallimazo (Salamanca) y el grupo Jorge ampliará la dotación de sus instalaciones de Zuera (Zaragoza) y El Repilado (Huelva).