Los populares helados 'Camy' y 'Apolo', que marcaron la infancia de toda una generación entre los años 70 y 90, vuelven al mercado renovados de la mano del fabricante Ice Cream Factory Comaker (ICFC). La compañía valenciana presenta este relanzamiento como la principal novedad para este año, ya que desde 2021 es propietaria de pleno derecho de ambas enseñas, junto con 'Avidesa', con la que no descarta sacar nuevos productos.
Esta apuesta, se produce dos años después de ganar el litigio que mantuvo ICFC con la multinacional Nestlé, que perdió la propiedad de estas marcas por falta de uso comercial.
De ese modo, la factoría heladera de Alzira relanza los conos 'Apolo' de los sabores clásicos -turrón, nata, tres chocolates, fresa y chocolate- y dos novedades: vainilla pecán, helado de vainilla con crujientes nueces y caramelo; y Black & White, una combinación de nata con chocolate en polvo, aderezada con salsa de chocolate y trocitos de galleta negra.
Además, con 'Camy' recupera sus sándwiches: el clásico de nata y el maxiduo, con doble sabor, para amantes de la galleta y el chocolate; y los polos 'Tropic', la apuesta más refrescante de la marca con tres sabores: lima-limón, fresa y cola.
Una nueva línea de producto cuya salida al mercado coincide con el refuerzo del área productiva de la compañía, tal y como informamos hace unos días, y con la estrategia de potenciar también sus marcas propias, en convivencia con las MDD.
'Camy' nació en los años 60, siendo su nombre originario 'Helados Camay'. La multinacional Nestlé la adquirió en 1965 cambiando la denominación por 'Camy'.
En 2003, la multinacional suiza decidió como parte de su estrategia comercial suprimir en España las marcas genéricas 'Camy' y 'Miko' de su gama de helados y utilizar a partir de entonces la denominación de la empresa matriz 'Neslté Helados'. Las denominaciones anteriores quedaron únicamente para productos concretos.
Justamente ese año se constituyó Ice Cream Factory, cuando Guillermo Lamsfus, el que fuera primer ejecutivo de Nestlé en la planta valenciana, adquirió las instalaciones de Avidesa a través de un management buy out y reorientó la producción hacia los helados para marcas blancas.
Una década después, Nestlé presentó una demanda contra ICFC y contra Lamsfus por competencia desleal e infracción contractual, al haber incluido en un folleto de ICFC una reseña histórica sobre la fábrica y las marcas 'Avidesa', 'Miko' y 'Camy', las dos últimas propiedad de la multinacional. Como reacción, ICFC ejerció la acción de solicitar la caducidad por falta de uso efectivo en España de diversas marcas de las que Avidesa era titular.