Entre junio de 2020 y mayo de 2021, los españoles consumimos 149 Ml de helado en el hogar, un 4% más que en el mismo periodo un año antes, según los datos del Panel de Consumo Alimentario del MAPA. Por el contrario, la crisis sanitaria del Covid-19 ocasionó un descenso en el consumo en establecimientos fuera del hogar del 40,8%. Una situación, que a medida que las normas y limitaciones por la pandemia fueron desapareciendo, ha hecho que el consumo se normalice y equilibre entre los distintos canales en 2021, según se detalla en el Informe 2022 del sector de Helados.
A nivel empresarial se han producido dos operaciones que elevan ligeramente el grado de concentración del sector. Por un lado, Grupo Alacant se hizo con la madrileña Crestas La Galeta, propietaria de las marcas ‘Somosierra’ y ‘Royne’. Como resultado de esta operación, Alacant se consolida como el primer fabricante del sector heladero en España y segundo comercializador, por detrás de Unilever.
En paralelo, el grupo italiano Ferrero anunciaba un acuerdo para adquirir a la familia Lamsfus Bravo el 30% del capital que no controlaba en la fabricante de helados Ice Cream Factory (ICFC), de modo que pasaba a suscribir el 100%. El desembarco de Ferrero en la valenciana se produjo tres años antes, con la toma del 70% del capital, en su momento, “para respaldar sus objetivos estratégicos a largo plazo en el mercado de helados”. Una asociación que durante los últimos dos años se ha traducido en el lanzamiento de sus primeros helados con marcas propias: ‘Ferrero Rocher Classic’, ‘Dark’ y ‘Raffaello’.
A su vez, ICFC acometía este año el proyecto de relanzar la gama propia ‘Camy’. Esta apuesta, se produce dos años después de ganar el litigio que mantuvo con la multinacional Nestlé, que perdió la propiedad de estas marcas por falta de uso comercial.
La categoría sigue muy dinámica en cuanto a innovación y a la atracción de nuevos operadores que buscan entrar en nuevos momentos de consumo y rentabilizar sus marcas. Muchas de ellas lo hacen mediante alianzas de cobranding con operadores tradicionales. El ejemplo más claro es el de la compañía Lacrem, conocida comercialmente por su marca ‘ La Menorquina ’ , que encadena dos años consecutivos renovando su cartel en colaboración con marcas como 'TriNa', 'Granini', 'Haribo', 'Chupa Chups', 'Danonino', 'Lacasitos', 'Cacaolat' o 'Donuts ', entre otras. También la vallisoletana Alimentos congelados Carrascal -Helados KTC- ha hecho lo propio con las enseñas 'Zumosol' y 'Filipinos'.
En cuanto a las tendencias de producto, sigue muy presente la apuesta por fórmulas más saludables (con más contenido en fruta, ingredientes orgánicos, menos azúcares, veganos, etc.), así como de helados proteicos, como lo muestra la oferta de algunas cadenas como Lidl o la llegada de la marca 'Proasis' a los lineales. También el auge de los formatos mini y las barritas de helado, una manera de satisfacer la indulgencia de manera controlada.
Por otra parte, en lo que llevamos de 2022, el sector está haciendo frente al alza de los costes de producción (materias primas, envases, energías, etc.), que podría mermar la rentabilidad y ha motivado una subida generalizada de los precios.