El 23 de febrero se celebró la primera de las dos jornadas previstas de huelga en el sector papelero español, convocadas por los sindicatos UGT y CCOO en protesta por el fracaso de las negociaciones por un nuevo convenio colectivo. Las centrales convocantes califican de "éxito rotundo" el paro, que a falta del pronunciamiento de la patronal, la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (Aspapel), podría haber supuesto una paralización próxima al 80% de la actividad productiva del sector durante la citada jornada.
Sindicatos y Aspapel llevan más de un año intentando pactar el nuevo convenio estatal, ya que el anterior perdió su vigencia al término de 2009. Tampoco fue posible un acuerdo de última hora ante el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (Sima), que hubiera desbloqueado la convocatoria de huelga.
Según el responsable de UGT para el sector del papel en Cataluña, Félix Valero, la patronal pretende que los incrementos salariales no se vinculen al IPC en el nuevo convenio, salvo en los conceptos de salario base y antiguedad. Además, señala que "la patronal quiere consolidar una pérdida de poder adquisitivo del 3%, fruto de las revisiones salariales que no se han aplicado".
Las movilizaciones, que afectan a unos 17.000 trabajadores, tendrán continuidad el próximo 3 de marzo con un nuevo paro, de no lograrse antes un acuerdo.