Según un estudio presentado a finales del pasado año por European Bioplastics, la capacidad de producción de bioplásticos a nivel global pasará de los 2,47 Mt de 2024 hasta los 5,73 Mt en 2029 a 5,73 Mt, principalmente por el fuerte desarrollo de polímeros de origen biológico y biodegradables, como el ácido poliláctico (PLA) y los polihidroxialcanoatos (PHA), el poletileno de origen biológico y el crecimiento constante del polipropeno de origen biológico.
Si bien los bioplásticos tienen cada vez más aplicaciones, el uso más extendido está en el segmento de los envases, con un 45% del mercado total de bioplásticos en 2024. No obstante, ¿son los biomateriales una alternativa viable cuando hablamos de packaging para alimentos y bebidas? ¿Qué problemas presentan, en términos de resistencia, comportamiento ante grasas y líquidos o seguridad alimentaria?
Los biomateriales han demostrado ser una alternativa eficaz para García de Pou, que ha optimizado sus envases “para garantizar un rendimiento similar o superior a los materiales convencionales, sin comprometer su funcionalidad”, por ejemplo en cuanto a papeles antigrasa de cera vegetal, que mantienen su efectividad sin utilizar compuestos fluorados.
También opina en la misma línea el grupo Hinojosa, que precisamente ha orientado una de sus principales líneas de investigación a la sustitución progresiva del plástico fósil, mediante el desarrollo y optimización de films y coatings biodegradables. “Actualmente, hemos identificado films bioplásticos con resultados prometedores”, se afirma desde Hinojosa, quien en cambio no es ajeno a los desafíos que aún quedan por delante para igualar las propiedades funcionales de los plásticos de origen fósil, “especialmente en términos de resistencia, termoformado, barrera a la humedad y líquidos”.
La castellonense Huhtamaki menciona el PLA, entre las alternativas por las que lleva años apostando, debido a sus “prestaciones comparables a las de la materia prima estándar”. También Envapro la contempla, si bien alega que este material “se enfrenta una reducción en su uso debido a la dificultad de su compostaje en entornos no industriales y a ciertas restricciones normativas en algunos mercados”.
La Plana e Innovapack ponen sobre la mesa el sobrecoste que representan estas soluciones, que además no proporcionan la misma protección y durabilidad que el plástico, lo que redunda en que ciertos clientes, especialmente empresas pequeñas, mantengan el uso de materiales de origen fósil.
Nutripack, que cuenta con una gama de productos fabricados con biomateriales, está de acuerdo en que los principales problemas para la generalización de su uso tienen que ver con el incremento del coste y las dificultades en la producción, “pues son productos que requieren alargar los ciclos de producción respecto al material estándar”.
Los biomateriales son una “alternativa prometedora” para el grupo Raja y Duni, pero con desafíos aún por resolver, relacionados con la resistencia, el comportamiento ante grasas o líquidos y la falta de infraestructuras adecuadas para el compostaje industrial. “Aún así, seguimos invirtiendo en productos innovadores para mejorar la calidad y funcionalidad de estos materiales, de modo que puedan ser una opción viable y accesible para más clientes”, plantea Raja.
En la misma dirección, Duni ha desarrollado ciertos productos de su portfolio, como cajas de bagazo y cartón, en las dos variantes, con y sin PLA, mientras “continúa investigando y probando soluciones” para superar los problemas que presentan.